La campaña para las elecciones legislativas de septiembre que viene en Alemania parecen haber empezado para los populistas xenófobos. Poco después de que las primeras informaciones periodísticas apuntasen a un refugiado paquistaní como probable autor del atentado de Berlín que ha dejado a 12 muertos y 48 heridos, el partido Alternativa por Alemania (AfD) ha empezado una ofensiva sin cuartel contra la cancillera alemana Angela Merkel y su política de puertas abiertas a los refugiados en el 2015.

“Alemania ya no es segura. La responsabilidad de Merkel sería denunciarlo, pero como ella no lo hará lo digo yo”. Así de contundente se ha mostrado Frauke Petry, líder cercana al ala dura del partido. Más lejos ha ido el eurodiputado Marcus Pretzell, quien pocas horas después de los hechos ha asegurado que son “los muertos de Merkel”. Poco ha importado que horas más tarde la policía dejase en libertad el paquistaní detenido tras admitir que probablemente no era el conductor suicida.

Merkel, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), también ha recibido un bofetón dentro de sus propias filas. Como era de esperar, el líder de sus socios conservadores de Baviera (CSU), Horst Seehofer, ha aprovechado para reiterar su mensaje de presión a la canciller y asegurar que “debemos revisar nuestra política migratoria y de seguridad, se lo debemos a las víctimas y a la ciudadanía”. En su discurso, la propia cancillera admitió que si se confirmase que el ataque fue cometido por alguien "que llegó al país en busca de refugio", sería "especialmente repugnante".

LEGITIMACIÓN DEL MENSAJE XENÓFOBO

Ambos gestos evidencian que el atentado de Berlín y los refugiados estarán en el centro del discurso de las próximas elecciones alemanas donde Merkel se presenta a un cuarto mandato. “La tragedia es un regalo de Navidad para el AfD. El atentado les permite legitimar su crítica a la cancillera, aunque sea con una explicación reduccionista, para llegar a los alemanes que temen el mundo musulmán, que son muchos”, alerta el consultor en comunicación política Franco Delle Donne.

Los partidos xenófobos europeos también se han frotado las manos y han aprovechado este momento de shock y consternación pública para cargar contra la líder alemana. El más gráfico ha sido el holandés Geert Wilders, quien ha publicado una imagen de Merkel con las manos manchadas de sangre. El exlíder del UKIP e impulsor del 'Brexi't Nigel Farage ha asegurado que el atentado de Berlín es parte del “legado de Merkel”, una consigna repetida también por los ultras del Frente Nacional Francés y por el Gobierno eslovaco, quien la ha acusado de ocultar el “obvio” vínculo entre la migración y el terrorismo. “Siempre se dice que las elecciones alemanas son aburridas. Estas serás las más sucias que hemos visto”, augura Delle Donne.