La extrema derecha flamenca, el partido independentista y racista Vlaams Belang (Interés Flamenco), obtuvo ayer un importante avance en las elecciones municipales belgas, con incrementos de votos de entre 6 y 12 puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios locales del 2000. El partido ultraderechista se convirtió en la primera fuerza política en numerosos municipios, como Schoten y Boom, y penetró con fuerza en las áreas rurales. Pero el Vlaams Belang no logró la mayoría absoluta que necesitaba para romper el "cordón sanitario" impuesto por los demás partidos y lograr alcanzar el soñado poder local.

En Amberes, los primeros resultados provisionales muestran incluso un ligero retroceso del Vlaams Belang, que obtendría el 32,8% de los votos, 0,2 puntos menos que en los anteriores comicios. La extrema derecha cede el primer puesto en su propio bastión al Partido Socialista flamenco (SP), que logra un avance espectacular en la segunda ciudad de Bélgica, al alcanzar el 35,7% de los votos frente al 19,5% anterior.

El retroceso de la extrema derecha en la gran ciudad portuaria constituye un triunfo personal de su actual alcalde, el socialista Patrick Janssens, cuya gestión se ha centrado en revitalizar la histórica ciudad, con el eslogan electoral de "la ciudad pertenece a todos".

CONCEJALES DUPLICADOS Pese al revés de Amberes, el Vlaams Belang consiguió representaciones en la casi totalidad de municipios de Flandes, aumentó su presencia en numerosas ciudades importantes, como Gante, e incluso duplicó el número de concejales en muchas de ellas, como en Ostende y Brujas, en el corazón de Flandes, o la industrial Vilvoorde, en la periferia de Bruselas.

La extrema derecha francófona, el Frente Nacional, también registró un amplio avance en numerosos ayuntamientos, aunque en una proporción inferior a sus homólogos flamencos. El Frente Nacional aparece en los primeros resultados como uno de los grandes beneficiarios de la pérdida de confianza que registraron los socialistas francófonos en algunas ciudades de Valonia, a causa de los escándalos de corrupción que se han sucedido en los últimos 12 meses.

Los liberales flamencos (VLD) del primer ministro, Guy Verhosftadt, sufrieron un retroceso de unos 6 puntos porcentuales en la mayoría de las ciudades y son los principales derrotados de los comicios, quedando probablemente relegados a la cuarta fuerza política de Flandes. Este nuevo fracaso electoral de los liberales, tras los comicios regionales del 2004, deja muy debilitado a Verhosftadt de cara a las elecciones legislativas de la primavera del 2007 y augura un cambio de socios en la actual coalición gubernamental liberal-socialista. La derrota liberal también puede propiciar el arrinconamiento de centrismo pragmático de Verhosftadt y conducir a una derechización del partido bajo el liderazgo de Jean-Marie Dedecker.

VOTO DE CASTIGO El Partido Socialista francófono (PS) sufrió un significativo castigo en algunas ciudades importantes, como Charleroi y Namur, por la acumulación de casos de corrupción, pero conservó su hegemonía en Valonia, logró avanzar 7,9 puntos en Bruselas centro y continúa siendo esencial para formar un mayoría en Charleroi y Namur.

Los socialistas flamencos (SP) también consiguieron un buen resultado impulsados por su fulgurante éxito en Amberes. Por ello, los socialistas francófonos y flamencos se consolidan como socios indispensable en cualquier futura coalición.

Los democristianos flamencos (CDV), que dirigen el Gobierno regional, lograron avanzar entre 3 y 8 puntos. Esto amplía aún más su preeminencia sobre los liberales y les coloca como favoritos en las legislativas del año próximo, gracias a un discurso nacionalista cada vez más crítico y agresivo respecto a la mitad francófona del país.