Los conservadores iranís, en un claro desafío al presidente Mohamed Jatami, sólo autorizaron ayer la presentación de 51 candidatos de los 2.500 que rechazaron el pasado 30 de enero por considerarlos no elegibles para los próximos comicios legislativos. La mayoría de los candidatos rechazados defienden las tesis reformistas del presidente iraní. La polémica decisión suscitó una nueva revuelta entre los parlamentarios renovadores. Cerca de 130 diputados de esta corriente anunciaron ayer su dimisión como protesta por la intransigencia del Consejo de Guardianes de la Constitución, la máxima institución conservadora, que eliminó a un tercio de los 8.000 candidatos. Los parlamentarios también informaron de que no participarán en las elecciones del 20 de febrero por estimar que el proceso está viciado. "No podemos participar en las elecciones porque no son libres sino ilícitas", afirmaron.