Medio siglo después de nacer, la fórmula mágica suiza --representación de todos los partidos en el Gobierno bajo el principio del consenso-- puede estar herida de muerte. El partido ultraderechista Unión Democrática de Centro (UDC) cumplió ayer su amenaza y se marchó a la oposición como respuesta al veto del Parlamento al controvertido Christoph Blocher como uno de los siete sabios que integran el Ejecutivo.

La rocambolesca situación no acaba aquí. Los dos miembros del UDC escogidos para copar la cota del partido ultra en el Gobierno han aceptado el cargo, desoyendo el hecho de que su grupo haya pasado a la oposición. Así pues, el partido anunció ayer que retiraba el apoyo parlamentario a los dos miembros en el Gabinete.