Después de dos años y cuatro meses en prisión condicional, el marroquí Munir el Motasadeq, la única persona en todo el mundo que fue condenada por los atentados del 11-S de EEUU, fue puesto en libertad ayer por el Tribunal de Apelación de Hamburgo, a la espera de que se celebre un nuevo juicio.

Pese a ello, Motasadeq no tendrá total libertad de movimientos, ya que deberá presentarse en una comisaría dos veces por semana y no podrá salir de Hamburgo. Las autoridades le han retirado además el pasaporte.

El juez justificó la puesta en libertad del acusado señalando que, a pesar de que sigue siendo sospechoso de "pertenencia a organización terrorista", no hay suficientes pruebas de que participó en la preparación de los atentados como para mantenerlo en prisión condicional.

Motasadeq fue condenado, en febrero del 2003, a 15 años de cárcel por pertenecer a una organización terrorista y por "complicidad en el asesinato de 3.066 personas". Sin embargo, el pasado 4 de marzo, el Tribunal Supremo de Alemania anuló la sentencia y ordenó un nuevo juicio por considerar que los derechos de la defensa no fueron plenamente respetados en el proceso. La nueva vista se celebrará a partir del próximo 16 de junio.

Motasadeq, de 30 años, abandonó ayer el Palacio de Justicia sonriendo, pero sin hacer declaraciones, y se marchó junto a familiares y amigos a su domicilio, donde le esperaba su esposa, con la que tiene dos hijos.

EL PLAN DE BUSH Por otra parte, Estados Unidos pasó dos décadas preparándose para garantizar la continuidad del Gobierno ante lo impensable, una guerra nuclear. Sin embargo, acabó estrenando sus medidas de emergencia, el llamado plan Armagedón, el fatídico 11 de septiembre del 2001, tras los peores atentados de su historia, según dijo el exjefe del contraterrorismo de la Casa Blanca, Richard Clarke, a la cadena ABC.