La UE comenzó ayer una nueva era con la esperada entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Casi 60 años después de la Declaración Schuman, que inició el proceso de integración europea, y 10 años después de la creación del euro, la UE ha dado un nuevo paso con una profunda reforma para mejorar el bienestar social y económico de los ciudadanos, reforzar la influencia europea en un mundo globalizado y afrontar los restos del siglo XXI.

"Comienza una nueva era", declaró ayer exultante el primer ministro sueco y presidente semestral de la UE, Fredrik Reinfeldt. "Es el primer día de una UE más democrática, más eficiente y más transparente", cuya fuerza económica y política podrá ser reconocida en el mundo, añadió Reinfeldt.

ESTABILIDAD Y AMPLIACION El nuevo tratado pone fin a una década de discusiones institucionales, lo que permitirá a los Veintisiete concentrarse en el desarrollo europeo. Además, la reforma y la estabilidad institucional que aporta permitirán reabrir el proceso de ampliación de la UE. Croacia es el país candidato con las negociaciones más avanzadas para entrar en la UE.

Los dirigentes de las principales instituciones comunitarias celebraron la entrada en vigor del nuevo tratado en un acto conmemorativo en Lisboa, donde se firmó el histórico documento hace dos años. Al acto también fue el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que el 1 de enero asumirá la gestión semestral de la Unión. La UE será ahora "más fuerte y estará más unida", destacó Zapatero.

Todos los líderes subrayaron que la entrada en vigor del tratado abre una nueva etapa en la historia europea y que la reforma permitirá a los Veintisiete afrontar mejor los retos de la salida de la crisis, la lucha contra el cambio climático, la persecución del crimen organizado, la protección de los ciudadanos y las amenazas internacionales.

"El Tratado de Lisboa coloca a los ciudadanos en el centro del proyecto europeo", destacó el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. Recuperar el apoyo y la vinculación de los ciudadanos al plan de integración europea será uno de los principales retos de esta etapa.

Los ciudadanos europeos, excepto los británicos, polacos y checos, que se han autoexcluido, obtienen una derechos políticos, civiles, sociales y económicos reforzados con el nuevo tratado gracias a que la Carta de Derechos Fundamentales adquiere carácter vinculante. Este es uno de los grandes avances del tratado. El otro es el reforzamiento de los poderes y competencias del Parlamento Europeo.

DOS NUEVAS CARAS La UE se ha dotado de dos nuevos cargos para profundizar la integración y reforzar su influencia internacional. Tanto el presidente estable de la UE, Herman van Rompuy, como la ministra de Exteriores europea, Catherine Ashton, deberán demostrar que cumplen las expectativas puestas en ellos y superar las dinámicas internas de divisiones nacionales.