La cumbre extraordinaria sobre el presupuesto europeo para el 2021-2027 se saldó ayer con un estrepitoso fracaso. Tras casi 28 horas de reunión, los jefes de Estado y de Gobierno fueron incapaces de acercar posiciones y cerrar un acuerdo sobre el primer marco plurianual tras el brexit. A un lado, el llamado club de los frugales que han exigido las cuentas europeas más austeras de la historia, con un mayor tijeretazo para agricultura y cohesión y una compensación por su elevada aportación. Al otro, los amigos de la cohesión pidiendo cuentas más ambiciosas, que preserven la Política Agrícola Común y los fondos regionales. Las posturas han sido irreconciliables y la negociación se ha estrellado.

El intento de la Comisión Europea por superar el impasse con un documento técnico transmitido ayer a las 27 delegaciones, con el consentimiento del presidente de la UE, Charles Michel, no tuvo éxito. No se trataba de una nueva caja negociadora sino de un documento con pequeños «ajustes» para medir las posibilidades de acercamiento. Partía de la base de un presupuesto del 1,069% de la Renta Nacional Bruta en compromisos, el dinero que puede comprometer la UE en un período (o del 1,049% en pagos), ligeramente por debajo del 1,074% propuesto inicialmente por Michel (1,06% en pagos) y muy lejos del 1,114% de la Comisión y el 1,3% del Parlamento Europeo.

ejercicio inútil / Para compensar la rebaja y rascar más dinero, Bruselas propuso recortar el margen para imprevistos y permitir así un ligero aumento de los fondos de cohesión (+4.800 millones), los pagos directos a la agricultura (+2.000 millones) y el desarrollo rural (+2.400 millones), con el que combatir los fuertes recortes del 14 y 12% propuestos inicialmente por Michel.

El plan también mantenía y mejoraba las compensaciones a los países ricos, mantenía la tasa al plástico aunque eliminaba la inyección de fondos del sistema de comercio de emisiones al que se han opuesto siete países y reforzaba la condicionalidad de los fondos al respeto del estado de derecho. El ejercicio fue inútil. El texto no consiguió despegar y fue rechazado sin contemplaciones por España y el resto de aliados de la cohesión.

«Desgraciadamente hemos observado que no era posible alcanzar un acuerdo. Sabemos que este presupuesto europeo es un tema difícil y una negociación compleja, sobre todo después del brexit y la brecha de entre 60.000 y 75.000 millones. Necesitamos más tiempo», admitió el presidente del Consejo Europeo.

«Nos hemos encontrado con que la tercera propuesta sobre la mesa era decepcionante» e «insuficiente», explicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «No ha habido ningún avance. No podemos darnos por satisfechos del resultado». En su opinión, la negociación se ha planteado de forma errónea y con una «disyuntiva engañosa y tramposa», en la que lo bueno son las partidas nuevas -digitalización, innovación, seguridad o inmigración- y lo malo lo antiguo. «La Política Agrícola Común es cercana a los ciudadanos. Si queremos lograr la descarbonización completa hay que aplicar criterios medioambientales a la política agrícola. Las políticas tradicionales han sido recortadas y estigmatizadas, nos parece un error», criticó.

MARATÓN NEGOCIADOR / El maratón negociador arrancó el jueves con una sesión plenaria que Michel disolvió para lanzar la ronda de encuentros bilaterales. Salvo los cuatro países frugales -Holanda, Dinamarca, Austria y Suecia- que hicieron piña en defensa de un presupuesto del 1% y se plantaron, el belga recibió uno a uno en su despacho al resto de líderes.

A Pedro Sánchez, protagonista de un sinfín de bilaterales y trilaterales junto con Angela Merkel, Emmanuel Macron, los frugales o los amigos de la cohesión, le tocó el turno entorno a la medianoche.

El ejercicio negociador deja un choque frontal entre dos visiones completamente distintas sobre las cuentas europeas y mucho malestar ante la intransigencia de los frugales. «Han cogido un protagonismo excesivo y lo que se ha producido es una reacción de países que representan mucho más porcentaje de población y que han decidido que su voz se oiga con la misma fuerza y firmeza», explicaron fuentes de Moncloa sobre el pulso mantenido.

Según explicó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, Italia, Rumanía y Portugal han recibido el mandato de los países de la cohesión para elaborar una contrapuesta al 1% de los frugales. Aunque la cumbre se cierra sin nueva fecha en el horizonte, la intención de Michel es retomar los contactos en los próximos días o semanas «para ver cual es la mejor vía para seguir trabajando de forma realista», explicó. Pese al revés en su primera gran negociación considera que el encuentro ha sido «útil» y «necesario» para «aportar claridad».