Un año y medio después de su nacimiento en la cumbre celebrada en París el 13 de julio del 2008, la Unión por el Mediterráneo (UpM), sucesora del denominado Proceso de Barcelona, empieza a andar en la capital catalana. Los representantes de los 43 países que la forman --los 27 de la UE y otros 16 países ribereños-- aprobaron ayer los estatutos por los que se regirá el secretariado, que tiene la sede en el Palacio de Pedralbes de Barcelona. El edificio se vestirá hoy de gala para la presentación oficial del secretario general, el jordano Ahmed Jalaf Masade, designado el pasado 12 de enero.

La UpM, heredera de la Asociación Euromediterránea tras la cumbre de Barcelona de 1995, nació con la voluntad de una mayor institucionalización y corresponsabilización en la relación de la UE y sus socios mediterráneos.