Prohibido hablar de política. Esas son las órdenes que ha hecho llegar a sus cerca de 7.000 estudiantes el director de la Universidad Arabe de Beirut (UAB), Amar al Adaui. El pasado 25 de enero, bautizado ya como el jueves negro , una discusión en la cafetería del campus entre un estudiante suní y otro chií acabó propagándose fuera del centro hasta generar el peor estallido de violencia que se recuerda en la capital desde el final de la guerra civil. Las aulas cerraron una semana y, a la vuelta, los estudiantes se encontraron con una carta del director en la que se podía leer: "La política queda prohibida en la universidad, y la tendréis que dejar fuera en el instante en que entréis al campus". Desde entonces, tanquetas y militares armados protegen el exterior de la UAB. "Lo que pasó aquel día es el reflejo de la tensión y la división extrema que vive el país entre partidarios del Gobierno y la oposición", asegura el director del centro de nacionalidad egipcia.