Sometido a una intensa presión internacional, el presidente colombiano, Alvaro Uribe propuso ayer la creación de una zona de encuentro en una región rural poco poblada del país para negociar la liberación de 45 rehenes en manos de la guerrilla colombiana a cambio de cinco centenares de presos suyos. El mandatario solicitó al Alto Comisionado Colombiano por la Paz, Luis Carlos Restrepo, y a la Iglesia católica que organizasen las negociaciones para la puesta en marcha de la zona de encuentro .

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aún no ha respondido a la oferta de Uribe. La zona de encuentro todavía no ha sido designada públicamente, aunque, según lo adelantado por el presidente, consistirá en un área de 150 kilómetros cuadrados, donde no habrá puestos militares o policiales, y con una duración limitada de un mes. Los rebeldes exigían un área desmilitarizada de mucha mayor extensión para realizar dicho intercambio. Las FARC están dispuestas a canjear 45 rehenes conocidos, entre ellos a la senadora Ingrid Betancourt, y a otros tres ciudadanos estadounidenses, a cambio de 500 miembros de la guerrilla presos. "Hemos hecho y haremos todos los esfuerzos de corazón por la liberación de nuestros secuestrados; pidámosle a Dios y al Espíritu Santo que nos iluminen para que los esfuerzos no constituyan un paso atrás en seguridad democrática", espetó Uribe.

El mandatario aprovechó para detallar sus supuestos logros en la lucha contra la insurgencia izquierdista: "Hemos desmovilizado a 46.000 integrantes de los grupos terroristas y ellos son testigos de que nuestro proceso de inserción es un proceso difícil pero que finalmente será motivo de orgullo para Colombia".

Se trata de la primera ocasión en cinco años en que Uribe cede a la hora de crear zonas de encuentro . Y es que el propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha tomado la liberación de Betancourt como un tema personal. Esta semana, Sarkozy ofreció involucrarse en la mediación.