Las incipientes negociaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC para el intercambio de rehenes por guerrilleros presos se fueron ayer al traste, y con ellas las esperanzas de las familias de los secuestrados. Un día después del atentado con coche bomba contra la Universidad Militar Nueva Granada (norte de Bogotá), el presidente Alvaro Uribe anunció su decisión de suspender los contactos con el grupo guerrillero.

Uribe retó al jefe militar de los rebeldes, Jorge Briceño (alias Mono Jojoy ), a negar que "desde su refugio de cobardes en la selva" ordenó el atentado, el primero de estas características que tiene lugar en Bogotá en tres años. El presidente colombiano dijo que ha revocado la autorización que concedió al comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, para reunirse con representantes de la guerrilla.