El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, escuchó ayer en Buenos Aires repetidas llamadas de los líderes de la región y del primer ministro francés, François Fillon, para que redoble los esfuerzos y sea más flexible en sus posiciones de cara a lograr la liberación de Ingrid Betancourt y otros rehenes en manos de las FARC.

Durante su primer discurso como presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner le pidió a Dios que "ilumine" a Uribe "para poder alumbrar una solución" a la crisis humanitaria y expresó "el esfuerzo de nuestra diplomacia", haciéndose eco de la exhortación hecha por Nicolas Sarkozy.

Uribe llegó a Buenos Aires el domingo tras anunciar la designación de la Iglesia como interlocutora ante las FARC para establecer una "zona de encuentro" en la que debería discutirse el canje de cautivos por guerrilleros.

Uribe se reunió ayer con el primer ministro francés. "Si a la guerrilla le quedan ideas, ojalá entienda la presión internacional", dijo al salir el colombiano. Luego, se vio a solas con su homólogo brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, quien le reiteró su "ayuda".