Después de varios intentos fallidos, las autoridades de Nueva Delhi se han embarcado en una nueva campaña para intentar limpiar de vacas las calles de la ciudad. Cerca de 25.000 rumiantes se pasean a sus anchas por las vías de Delhi: se les ve caminando en rebaño o en solitario por las carreteras, en las estaciones de ferrocarril, en urbanizaciones, ante los templos o en medio de los mercados al aire libre. Aunque sagradas para los hindús --representan la abundancia de la Madre Tierra--, las vacas de la capital india malviven entre el tráfico y la contaminación y se alimentan, sobre todo, de basura.

Ataque furioso

La presión sobre el municipio para que hiciera algo con estos animales aumentó a principios de junio, cuando un jubilado murió por las heridas que le causó la embestida de una vaca furiosa en el norte de Delhi. "Fue un accidente lamentable", apunta Deep Mathur, portavoz del ayuntamiento, que reconoce, sin embargo, que "no es raro que las vacas sean causantes de accidentes de tráfico". En las carreteras de la capital india es frecuente ver rebaños de vacas, toros y terneros que se pasean por uno de los carriles o se sientan sobre el asfalto.

Según el último cómputo oficial, realizado en abril del 2007, en la ciudad hay unas 2.300 vacas legalmente registradas --es decir, con un dueño que se ocupa de cuidarlas y alimentarlas--; a estas se suman entre 15.000 y 16.000 vacas sin un propietario legal y cerca de 10.000 búfalos. Unos 25.000 rumiantes --sin contar las cabras-- campan por una ciudad de 14 millones de personas, de las que 11 millones profesan el hinduismo.

Por eso, en general nadie molesta a las vacas, pero lo cierto es que son más ignoradas que reverenciadas por el ciudadano de a pie y muy pocas tienen la suerte de que algún fiel las alimente. "En realidad --explica Mathur-- la gran mayoría de las vacas que andan sueltas consumen lo que encuentran en la basura". El gran problema detrás del descontrol de las vacas en Delhi es la explotación ilegal de estos animales. Según el portavoz del ayuntamiento, casi todas las vacas que se ven por la calle tienen dueños ilegales, gente que por las mañanas las ordeña y vende la leche --de calidad más que dudosa-- para su consumo y después las dejan sueltas para que se alimenten como puedan. Y quienes explotan a los animales se oponen ferozmente a que los equipos del ayuntamiento pongan fin a la presencia de las vacas.

El responsable de la sección veterinaria del municipio, V.K. Singh, recuerda todavía cómo los dueños ilegales de las vacas y sus socios sabotearon los esfuerzos de los equipos municipales. "Sus protestas impidieron la captura de las vacas. En otros casos, siguieron con sus motocicletas a los camiones que transportaban a las vacas ya capturadas y lograron que escaparan", relata Singh. Para el veterinario, los expertos necesitan "protección policial" para que puedan cazar a las vacas con tranquilidad, pero eso es algo que el ayuntamiento "aún no ha aprobado".

La ciudad se ha dividido en doce secciones en las que trabajan otros tantos equipos que cuentan con 23 camiones con plataformas hidráulicas, en los que esperan trasladar, en los próximos dos meses, al menos 10.000 rumiantes a terrenos al norte de Nueva Delhi, fuera de los límites urbanos.