Los obispos diocesanos son los primeros responsables en instruir un sumario sobre los casos de abusos sexuales a menores por parte arte de clérigos. Una vez realizadas las diligencias previas deberán informar a la Santa Sede para poder "ser acompañados" en el seguimiento de los casos y, al mismo tiempo, deberán "cooperar con las autoridades civiles" y "cumplir las prescripciones de las leyes civiles" en lo que les competa.Estos son algunos de los aspectos tratados en una carta enviada por el Vaticano a los obispos de todo el mundo, dada a conocer esta mañana. La misma consiste en una presentación de todos los aspectos jurídicos y de otro tipo que se refieren a los abusos, con el objetivo de que cada conferencia episcopal elabore "unas líneas guía", que en plazo de un año deberán ser presentada a la Congregación para la Doctrina de la Fe.En las indicaciones que el cardenal William Levada (responsable de esta congregación) da a los obispos para la elaboración de las "guías", se subraya que debe haber una "atención prioritaria a las víctimas y a los familiares" con el objetivo de "crear ambientes verdaderamente seguros para los menores". También se indica la necesidad de seguir con atención "la formación de los futuros sacerdotes", incluido un intercambio de informaciones sobre los candidatos cuando estos se trasladen. Levada recuerda la necesidad de "acompañar al acusado", tratándolo según el derecho y ocupándose de su rehabilitación "si la acusación resulta injusta".Relación con las autoridades civilesLa carta afronta después la relación con las autoridades civiles, que constituye uno de los problemas más criticados en el pasado, cuando los obispos intentaban mantener en silencio y de forma discreta los casos de abusos. La "cooperación" debe tener lugar, recuerda la carta, no solo cuando haya clérigos implicados en los abusos, sino también "personal religioso o laico que coopera en las estructuras eclesiásticas"."El abuso sexual de menores no es solo un delito canónico, sino también un crimen perseguido por la autoridad civil", informa la carta vaticana, añadiendo que "si bien las relaciones con la autoridad civil difieran en los diversos países, es importante cooperar en el ámbito de las respectivas competencias". Señala que "en particular, siempre se siguen las prescripciones de las leyes civiles en lo referente a remitir los delitos a las legítimas autoridades".Un año atrás, monseñor Charles Scicluna, promotor de la justicia de la Congregación para la Fe explicó que las denuncias sobre clérigos que habían abusado de menores, llegadas al Vaticano entre el 2001 y el 2010, eran 3.000. Las mismas se referían a 300 eclesiásticos y a hechos ocurridos a partir de 1960.La información salía al paso de un escándalo mayúsculo que estalló hace dos años, cuando salieron a la luz varios casos de abusos en todo el mundo, principalmente en EEUU, que acabaron en juicio con sentencia y distintas diócesis fueron condenadas a pagar indemnizaciones millonarias.Portal del Vaticano Frente a las insistencias de transparencia, Benedicto XVI decidió que se colgase en el portal del Vaticano toda la documentación relativa a los abusos, incluidas las normas que en el tiempo se han ido aprobando.Hasta llegar a la fórmula que presenta la carta de hoy, por la que cada conferencia episcopal deberá confeccionar una guía, que por un lado recoja todas las leyes de la Iglesia y, por el otro, las eventuales peculiaridades de cada país, como "la obligación de avisar a las autoridades civiles" si así lo dispone el código penal del país.