La policía italiana ha detenido a 21 funcionarios del Estado y directivos de la compañía Telecom, exoperadora pública italiana, por su presunta implicación en un escándalo de escuchas ilegales a industriales, banqueros, periodistas, jueces y otros profesionales. La operación ha sido dirigida por la fiscalía de Milán, que investiga una red especializada en pinchazos telefónicos a cambio de importantes sumas de dinero. Una sola agencia de detectives, Polis de Florencia, ha ingresado más de 20 millones de euros.

Entre los arrestados se encuentra un exsuboficial de los carabineros que fue contratado como responsable de seguridad de Telecom, Giuliano Tavaroli, así como un investigador privado de Florencia amigo de Tavaroli, Emanuele Cipriani, al que Telecom confió trabajos sobre seguridad. Ambos están relacionados con el número dos de los servicios secretos italianos (SISMI), Marco Mancini, detenido en julio por su papel en el secuestro por parte de la CIA del imán Abu Omar.

Los arrestos se producen cuando el presidente de Telecom, Marco Tronchetti, acaba de dimitir por haber silenciado al Gobierno que es accionista del exmonopolio.