Michel Barnier ya tiene vía libre de los Veintisiete gobiernos europeos, y su "plena confianza", para empezar a negociar con el Gobierno que lidera Boris Johnson el marco que regirá la relación futura entre la Unión Europea y el Reino Unido. Los ministros de asuntos europeos de la UE han aprobado un mandato negociador "ambicioso" y "equilibrado", según la presidencia croata de la UE, que permitirá lanzar las negociaciones formales la próxima semana. "Estamos determinados a alcanzar un acuerdo que proteja los intereses europeos" y "trabajaremos mano a mano con el Parlamento Europeo y los estados miembros en un proceso plenamente transparente", ha declarado el negociador europeo.

El visto bueno a las directrices negociadoras despeja el camino al inicio de contactos formales el lunes por la tarde en Bruselas. Las rondas negociadoras tendrán lugar cada tres semanas, de forma alterna en Bruselas y en Londres, con el objetivo de cerrar un pacto para mediados de octubre, a tiempo para que pueda ser ratificado antes de finales de año. Se trata de un calendario extremadamente exigente y ambicioso.

"Estoy contento de que hayamos acordado el mandato" pero "el trabajo duro llega ahora. No hay duda de que las negociaciones serán complicadas. Espero que podamos llegar a un acuerdo con el Reino Unido antes de finales de año", ha indicado el ministro de exteriores holandés, Stef Blok. El objetivo de la UE es avanzar todo lo posible durante el periodo transitorio que finalizará el 31 de diciembre de 2020, y que es posible prolongar una vez por espacio de uno o dos años aunque la decisión tendría que tomarse antes del 1 de julio. "Necesitamos un buen acuerdo más que ceder a la presión del calendario", ha puntualizado su colega francesa, Amelie de Montchalin.

CERO CUOTAS Y CERO ARANCELES

Los Veintisiete están dispuestos a ofrecer un acuerdo comercial que garantice cero cuotas y cero aranceles para los productos británicos, pero este "generoso" acceso a un mercado europeo de 350 millones de consumidores vendrá acompañado de una condición sine qua non: que el Reino Unido mantenga un terreno de juego limpio y una competencia leal en materia de estándares sociales, laborales medioambientales, fiscales o de ayudas de estado. Se trata de un elemento clave para los gobiernos europeos para garantizar que las empresas británicas no actúan de forma desleal y si exportan sus productos al territorio comunitario lo hagan bajo estándares similares a los que cumplen sus homólogas comunitarias.

"Hemos hecho un 'Green deal' (pacto verde) en Europa. No podemos pedir a nuestros agricultores y empresas que paguen un precio de carbono o cumplan con unos límites de pesticidas, cambiar sus prácticas, y al mismo tiempo acoger productos producidos en condiciones diferentes. Es una cuestión de coherencia", ha explicado De Montchalin. "El Reino Unido puede elegir totalmente sus reglas" pero "si no llegamos a mantener la proximidad reglamentaria, tendremos que tener en cuenta las divergencias y aplicar limitaciones en volumen o aranceles", ha añadido.

PESCA, COMERCIO Y GOBERNANZA

Además de garantizar una competencia leal, la UE llega a la negociación con otros tres grandes objetivos. En primer lugar, un acuerdo pesquero que garantice un acceso recíproco a las aguas británicas y europeas se han fijado 1 de julio como fecha para lograrlo-, un acuerdo comercial y unas reglas de gobernanza que establezcan un control adecuado para garantizar que los acuerdos se cumplen. "Tendremos un mecanismo potencialmente con clausulas de sanción y de salvaguarda si no se cumplen los compromisos", ha explicado la ministra francesa.

Este será uno de los grandes puntos de fricción dadas algunas señales preocupantes que llegan de Londres en relación a la aplicación del Protocolo para Irlanda del norte y según el cual el territorio norirlandés seguirá en el mercado único. Según publicaba el Sunday Times el pasado fin de semana, Boris Johnson pretender minimizar los controles de mercancías entre Inglaterra e Irlanda del Norte, algo que Downing Street ha negado.

RESPETO DEL PROTOCOLO DE IRLANDA

Aún así, Londres no ha encargado a ningún puerto el inicio de los preparativos para los nuevos controles que serán necesarios lo que ha disparado las alarmas en este lado del canal de la Mancha. "Mi mensaje es claro: mantengan sus promesas sobre el protocolo (de Irlanda)", ha advertido el ministro alemán Michael Roth. Y lo mismo su colega irlandés, Simon Coveney. "Sin buena voluntad y confianza no será fácil construir una relación futura. Si no hay progresos sobre las infraestructuras necesarias para aplicar el protocolo de Irlanda en los próximos meses, como parte del acuerdo de salida, será una señal muy preocupante", ha avisado.