Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) eligieron ayer al desconocido primer ministro belga, Herman van Rompuy, como primer presidente permanente para los próximos dos años y medio, según informaron fuentes diplomáticas a última hora de la tarde.

La candidatura del democristiano Van Rompuy estaba patrocinada por Francia y Alemania y era la que encontraba menos resistencias entre el resto de socios europeos. Su elección fue posible después de que Reino Unido renunciara a colocar en el puesto al exprimer ministro Tony Blair.

A cambio, Londres consiguió situar al frente de la diplomacia europea a la baronesa Catherine Ashton, actual comisaria de Comercio. Su nombre fue propuesto antes del inicio de la cumbre por los socialistas europeos, descartando así la candidatura del ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos.

Tras su elección, Van Rompuy se comprometió a escuchar y respetar los intereses de todos los estados miembros en cualquier negociación y a garantizar que ningún país se sienta derrotado cuando se llegue a un acuerdo. El nuevo presidente de la UE aseguró que será "discreto" y trabajará para favorecer el consenso respetando a los adversarios.

PRIMERA RUEDA DE PRENSA "Respetaré las sensibilidades y los intereses de todos. Incluso si la unidad es nuestra fuerza, la diversidad sigue siendo nuestra riqueza. Cada país tiene su propia historia, su propia cultura, su propia manera de hacer las cosas. Puede que viajemos hacia el mismo destino, pero cada uno llevará diferentes maletas. Negar esto sería contraproducente. Sin respetar la diversidad no podremos avanzar en la unidad", manifestó Van Rompuy en su primera rueda de prensa tras el nombramiento.

Por ello, el primer ministro belga aseguró que trabajará para lograr que todos los países salgan "victoriosos" de cada negociación. "Una negociación que acaba con una parte derrotada nunca es una buena negociación. Como presidente electo del Consejo escucharé cuidadosamente a todo el mundo, y garantizaré que nuestras deliberaciones se traduzcan en resultados para todo el mundo".

Por su parte, la nueva Alta Representante de la Política Exterior, Catherine Ashton, aseguró que llevará a cabo una "diplomacia tranquila", siguiendo la línea marcada por su antecesor, Javier Solana, y por la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, a los que rindió homenaje por su trabajo.

Ashton se defendió de las acusaciones de que el hecho de ser mujer ha sido un factor de peso en su nombramiento. "Para los hombres, el hecho de ser hombres siempre les ha favorecido para obtener los trabajos que han hecho", dijo. "Estoy orgullosa de que se haya reconocido que las mujeres son tan capaces de ocupar los cargos importantes en Europa como cualquier hombre", añadió.

También argumentó que su experiencia previa como ministra de Justicia y como comisaria de Comercio la capacitan para el cargo de jefa de la diplomacia europea, y se definió como una "negociadora".