Walter Veltroni ha simplificado la geografía política del país, pero no ha podido recoger los frutos de la mayor revolución parlamentaria realizada en Italia. Después de un mes de campaña llamándole siempre "el principal exponente adversario", el derrotado candidato del centroizquierda sí pronunció en la noche del lunes el nombre de Silvio Berlusconi. Fue para reconocerle públicamente su victoria y anunciar "una oposición responsable".

"Haremos una oposición determinada y reformista" y "vigilaremos que las promesas electorales se cumplan", añadió ayer el líder del Partido Democrático (PD). Para ello, formará un "Gobierno de oposición", con el mismo número de ministros que el Ejecutivo de Berlusconi.

La nueva fuerza política, fusión de los excomunistas y los expopulares, que apostó por presentarse en solitario a las elecciones después de años de coaliciones tumultuosas, había nacido en septiembre a 22 puntos de distancia de Berlusconi y en estos comicios se colocó a escasos nueve. Ha obtenido más votos de los que consiguieron en las pasadas elecciones los dos partidos fusionados, pero insuficientes para la victoria. "No hemos logrado el objetivo", admitió Veltroni, aunque subrayó: "Hemos conseguido llevar al Parlamento la fuerza reformista más grande que jamás haya existido".

El PD empezó ayer mismo a analizar la derrota. Los excomunistas han vaciado de votos a los actuales comunistas, pero los expopulares y exdemócratacristianos no han convencido a los moderados, que han votado a Berlusconi y a la Liga Norte. "Ni hablar", respondió la exdemócratacristiana Rosy Bindi a quien le preguntaba si el liderazgo de Veltroni está en discusión.

POCA SINTONIA Veltroni se ha declarado dispuesto a colaborar con Berlusconi en las reformas institucionales, pero Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte, le salió ayer al paso recordándole la mayoría absoluta de la coalición de derecha. El candidato progresista había prometido también que, de ganar, concedería la presidencia de una de las Cámaras a la oposición, así como las de las comisiones de control del Parlamento, pero Berlusconi le echó ayer otro jarro de agua fría afirmando que las cámaras las presidirán dos conservadores. "Son unos primeros pasos feos", dijo Veltroni.