La policía de Colombia denunció hace poco que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) emplean balas con uranio empobrecido, capaces de atravesar chalecos antibalas y vehículos blindados. El historiador Armando Valenzuela asegura que también las usan los técnicos estadounidenses que asesoran al Ejército en técnicas similares a las que EEUU empleó en la antigua Yugoslavia. Estos proyectiles produjeron después cáncer o leucemia a los soldados europeos destinados en Bosnia y Kosovo.

En Colombia aún no hay denuncias sobre fallecimientos por esas causas, pero Valenzuela afirma que existen indicios que demuestran que "la cuestión nuclear ya no es ajena a este país, como lo demostró la detención de un colombiano en el aeropuerto de Fráncfort con plutonio y el hallazgo de uranio en una casa de un barrio residencial en el noreste de Bogotá". Además, asegura que "fabricar una bomba atómica casera ya no es un secreto, como lo demostró hace poco, en una tesis de grado, un estudiante de Harvard". Por eso, asegura, no le sorprendería si un día alguien detonara un artefacto atómico "en el desierto de la Tatacoa" (centro-sur del país).

Sin embargo, el físico Jorge Vallejo, asesor en asuntos nucleares del viceministro de Minas y Energía, cree que esa posibilidad es muy remota, no sólo porque Bogotá ha firmado el Tratado de No Proliferación, sino porque hacer armas nucleares y violar las salvaguardas internacionales es casi imposible.

En Zapatoca y Berlín

"No sólo se necesita una cantidad razonable y un tipo especial de material nuclear, sino una tecnología sofisticada. Además, se tendría que romper la cerrada vigilancia de Europa y EEUU y desmantelar la asociación entre la Federación Rusa, EEUU y el organismo internacional de la energía atómica", asegura.

En Colombia existen pequeños yacimientos de uranio ubicados en Zapatoca (Santander, norte del país) y Berlín (Caldas, centro-oeste) que, según los expertos, no vale la pena explotar. Sin embargo, hay inquietud sobre el posible tráfico ilegal de uranio enriquecido, ya que las mayores reservas de América Latina y las sextas del mundo están en Brasil, en la frontera sur. Los expertos aseguran que Brasil podría convertirse en un futuro en exportador de uranio enriquecido, ya que desde hace un par de años ha desarrollado su capacidad de producción para alimentar sus plantas generadoras de energía. Las FARC están al acecho.

Colombia nunca desarrolló un programa nuclear como Argentina, Brasil y México, que están entre los más avanzados de América Latina. Tampoco figura entre los países que cuentan con el mayor número de reactores, pero sí posee un pequeño reactor nuclear, de sólo 30 kilovatios térmicos, que debía ser reactivado con la ayuda de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) antes de fin de año.

Colombia, junto con Jamaica y Venezuela, es de los países latinoamericanos que menos reactores posee: "Apenas uno. Argentina tiene unos 8, incluso hasta de 10 megas, Brasil unos 5, México, 3, y Perú y Chile, 2", según una fuente oficial. No obstante, los expertos aseguran que es suficiente para impulsar los proyectos en los que Colombia se halla a la vanguardia en Latinoamérica, como la medicina nuclear.

Para llenar botellas

En Colombia funcionan unos 65 centros de medicina de este tipo, 40 de radioterapia y unas 350 instituciones que realizan trabajos en el campo nuclear. La industria colombiana emplea concretamente técnicas nucleares en varios sectores. Los sistemas de control nucleónico, por ejemplo, son usados en las fábricas que necesitan un nivel perfecto en el llenado de las botellas, como en el caso de los refrescos y de la cerveza.