El presidente, Hugo Chávez, fracasó en su objetivo de obtener una mayoría cualificada en la Asamblea Nacional de Venezuela durante las elecciones parlamentarias del domingo, cuyos resultados alumbran el peor escenario previsto por el oficialismo. La alianza que encabeza el Partido Socialista de Venezuela (PSUV), y cuyo presidente es Chávez, obtuvo 94 de los 165 escaños en juego, con lo que el chavismo mantiene una mayoría absoluta en el Parlamento, pero se queda por debajo de los 110 escaños requeridos para controlar las dos terceras partes del Parlamento. Chávez calificó el resultado de "sólida victoria" y llamó a sus seguidores a "respetar" el resultado. Tras cinco años ausente, la oposición volverá a contar en el juego político.

La meta de obtener la mayoría cualificada obedece a la aspiración oficialista de mantener una hegemonía que permita hacer los cambios institucionales requeridos por su proyecto del llamado Socialismo del siglo XXI . La visión del Gobierno fue expresada por el jefe de la campaña electoral del PSUV, Aristóbulo Istúriz, quien afirmó antes de los comicios que aspiraban a "liquidar" a la oposición, pues, si no, esta eliminaría al oficialismo. Chávez ha afirmado en reiteradas ocasiones que no hará pactos con la oposición.

LAS INSTITUCIONES Al no lograr una mayoría cualificada en la Asamblea Nacional, el oficialismo no podrá mantener bajo su control absoluto a los demás poderes del Estado, ni aprobar o reformar las leyes orgánicas que rigen el funcionamiento de esas instituciones. Tampoco podrá habilitar al mandatario venezolano para aprobar leyes por decreto, como ha hecho en varias ocasiones, para lo cual necesitaría contar con 99 votos.

De acuerdo con la legislación venezolana, se requiere de dos tercios de los votos en el Parlamento para elegir a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, del Consejo Nacional Electoral, al Defensor del Pueblo, y al Fiscal General; así como para convocar una Asamblea Nacional Constituyente que modifique la Carta Magna. En los últimos cinco años, el chavismo controló todas estas instituciones, con lo que en la práctica había abolido la división de poderes. Durante este periodo han sido muy contados los casos en los que la voluntad de Chávez ha sido contrariada por alguno de los otros poderes del Estado, que con frecuencia llegaban a modificar su criterio sobre un asunto cuando no coincidía plenamente con el del mandatario.

Los escaños logrados por el oficialismo sí le dan el control del funcionamiento de la Asamblea Nacional, en donde podrá aprobar leyes ordinarias y controlar las comisiones de trabajo.

La mayoría obtenida por el PSUV esconde otro elemento de preocupación para Chávez: de acuerdo con cifras de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), los candidatos opositores obtuvieron un 52% de los votos emitidos. De corroborarse este dato, sería un duro golpe para las aspiraciones del mandatario a la reelección en el 2012.

El impacto es mayor por cuanto Chávez asumió estas elecciones como un plebiscito sobre su liderazgo y proyecto político, y participó activamente en la campaña electoral, encabezando las actividades relevantes del PSUV.

El hecho de que el oficialismo haya superado sensiblemente en número de escaños a la oposición, que logró 60 escaños, pero no en votos, se explica por las reformas electorales del último año, en las que el chavismo modificó la distribución de las circunscripciones y disminuyó el efecto del principio constitucional de representación proporcional de las minorías.

La nueva Asamblea Nacional entrará en funciones el 5 de enero, por lo que el actual Parlamento tiene varios meses para llevar a cabo reformas legales.

Por su parte, el expresidente de Cuba Fidel Castro afirmó ayer en un artículo que los resultados son una "victoria de la revolución bolivariana y de su líder, Hugo Chávez". "El enemigo logró parte de sus propósitos", reconoció, pero aun así para él "la revolución bolivariana tiene hoy el poder ejecutivo".