La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela decretó ayer que las elecciones presidenciales deben celebrarse antes del 30 de abril. Lo dispuso nada menos que el día en que se conmemoran los 60 años del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Para la oposición, no deja de ser una amarga ironía. La Mesa de Unidad Democrática (MUD) considera que la decisión unilateral de la ANC es una bofetada al proceso de diálogo con el Gobierno para encontrar una salida a la grave crisis política y social. Al convocar las elecciones se reconoce de hecho que los intentos realizados en la República Dominicana para encontrar puntos en común entre las partes han fracasado.

El decreto de la ANC da mayores pistas al respecto, ya que acusa a la MUD de retirarse de la mesa de diálogo «alegando excusas fútiles» y de querer imponer «a través de la violencia un neocoloniaje vergonzoso». Su presidenta, Delcy Rodríguez, calificó de «histórico» el adelantamiento de los comicios. «Diosdado Cabello, siéntase usted condecorado por la Unión Europea», ironizó Rodríguez al dar a conocer un calendario aprobado «por aclamación» y a petición expresa de uno de los hombres fuertes del chavismo.