Una sensación de vértigo recorrió ayer los territorios ocupados palestinos y todo Oriente Próximo en una jornada marcada por una huelga general y por protestas en todas las ciudades de Cisjordania, con un balance de decenas de palestinos heridos. El Ejército israelí actuó con contención para no disgustar a EEUU tras la alocución del miércoles del presidente Donald Trump reconociendo la capitalidad de Jerusalén en favor de Israel.

Un incidente grave ocurrió a primera hora de la tarde cuando un camión con matrícula israelí arrolló a nueve viandantes y dos decenas de vehículos aparcados en Beit Yala, una localidad cristiana situada junto a Belén, a cinco kilómetros al sur de Jerusalén. El carácter de los heridos fue entre leve y moderado. El conductor fue detenido por la policía israelí. La primera Intifada estalló con un incidente similar en 1987.

El paso unilateral dado por Trump ha sembrado de nuevo la inestabilidad en la región. En Irak y en otros lugares, algunas milicias chiíes indicaron que la decisión de Trump les legitima para llevar a cabo ataques contra las fuerzas de Estados Unidos desplegadas en Oriente Medio. Las autoridades militares americanas no se han tomado a broma estos anuncios y han adoptado medidas para proteger a sus soldados y a los civiles destinados en la región.

CRÍTICAS DE RIAD / Lo que para el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, fue «un día histórico», para distintos líderes árabes fue una jornada luctuosa. Arabia Saudí, cuyos contactos con Israel apenas se esconden, dijo que la decisión de Trump fue «injustificada e irresponsable», y añadió que puede tener consecuencias negativas para la estabilidad. «La decisión de EEUU representa un revés contra los esfuerzos para avanzar en el proceso de paz y es una violación de la posición neutral histórica de EEUU sobre Jerusalén», dijo Riad.

El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que atravesamos por «un momento de gran ansiedad» y que «no hay alternativa para la solución de los dos estados». No obstante, la ONU no puede hacer nada ante un eventual veto de EEUU en la sesión del Consejo de Seguridad que se celebrará hoy.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, considera que el presidente estadounidense ha dado un paso «deplorable» y ya el mismo miércoles por la noche descalificó a Washington como mediador del conflicto con Israel. Abbás mantuvo conversaciones telefónicas con otros líderes para explicarles su posición.

El líder de Hamás en la franja de Gaza, Ismael Hanniya, formuló una llamada a la tercera Intifada, puesto que considera que esa es la única manera de «confrontar» a Israel y EEUU. Sin embargo, Hanniya no dio ninguna indicación en el sentido de que las milicias de Hamás vayan a declarar una guerra a Israel.

PREOCUPACIÓN EUROPEA / En Europa tampoco sonaron muchos clarines. El Reino Unido, Francia y Alemania han criticado la decisión de Trump por temor a que se engendre más violencia, no solo en los territorios ocupados y en Oriente Próximo en general, sino en la propia Europa. La responsable de la política exterior de Bruselas, Federica Mogherini, manifestó su «grave preocupación» por la decisión de Trump, aunque los europeos son incapaces de adoptar las medidas que están a su alcance para impulsar el proceso de paz.

Netanyahu, que a petición de Trump instó a todos los miembros de su gobierno a no hacer declaraciones sobre Jerusalén, dijo en la sede del Ministerio de Exteriores, que Estados Unidos no se quedará solo en el paso que dio el miércoles. «Estamos en contacto con otros países que reconocerán [que Jerusalén es la capital de Israel] de manera similar [a EEUU], y no tengo ninguna duda de que tan pronto como la embajada de Estados Unidos se mude a Jerusalén, y antes incluso, más embajadas se mudarán», dijo Netanyahu. No mencionó los países con los que Israel está en contacto para que trasladen su embajada a Jerusalén, aunque el mismo miércoles Filipinas y Chequia imitaron a EEUU y reconocieron a Jerusalén como capital.