El vicepresidente de EEUU, John Biden, confirmó ayer lo que todo el mundo sospechaba: que Washington busca resquicios legales para imputar a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, por la filtración de los cables diplomáticos estadounidenses. Es la primera vez que un alto cargo de la Administración lo admite.

En una entrevista a la cadena estadounidense NBC, Biden señaló que el Departamento de Justicia explora las vías legales para inculpar a Assange, al que calificó de "terrorista high-tech". "Lo estamos mirando; el Departamento de Justicia se ocupa de ello". "Si él Assange ha conspirado con un militar de EEUU Bradley Manning, sospechoso de la filtración para meter mano sobre estos documentos secretos, esto es muy distinto de un periodista a quien se le envían papeles", dijo Biden.

La ley de espionaje estadounidense no es adecuada para este caso y obligaría a probar que Wikileaks no es un medio de comunicación tradicional, ya que éstos están cubiertos por la libertad de expresión, protegida por la Constitución. Por eso, el Ministerio de Justicia trabaja sobre otra base jurídica: reunir pruebas de que Assange ha "conspirado", alentando o ayudando a Manning a hacer la filtración. Acusarle a Assange de conspiración permitiría a la Administración responsabilizarle de atentar contra la seguridad nacional.