La policía de Los Ángeles mató a dos hombres el pasado fin de semana, un adolescente negro y un hispano. Según el cuerpo policial, el primero llevaba un "arma cargada", mientras que el segundo llevaba una pistola falsa. Estos dos úlitmos muertos elevan a tres la cifra de personas fallecidas por disparos de la policía en apenas cinco días. Estas muertes desencadenaron protestas contra la violencia policial en Los Ángeles y al menos tres mujeres resultaron detenidas por interrumpir la conferencia de prensa del jefe de la policía de la ciudad.

El pasado sábado, la policía de Los Ángeles abatió Carnell Snell, un joven negro de 18 años, que murió por disparos de un agente el sábado. Las autoridades, que difundieron la imagen de la pistola localizada junto al cadáver, explicaron que los agentes le intentaron arrestar y que el joven huyó. Cuando le perseguían, el joven se giró con un arma en la mano hacia los agentes, que le dispararon y abatieron.

El joven Carnell, de 18 años, abatido por la policía.

Un policía, que llevaba una cámara, grabó el momento en que el joven fue abatido. Tal y como se ve en el vídeo, el joven estaba tras un coche y fue rodeado por los agentes. Ya en el suelo, se ve como el chico tenía una bala en la espalda. Los agentes le intentan tapar la herida con una gasa mientras ponen las esposas al chico, que agoniza y que acaba falleciendo poco después.

En la grabación se oye a un agente decir: "Ahí está la pistola".

PISTOLA FALSA

Al día siguiente, un joven hispano también fue abatido por la policía. Los hechos se produjeron después de que la policía recibiera el aviso de que había una persona con un arma. Cuando se acercaron a él, el joven sacó lo que parecía una pistola, y los policías lo abatieron. Las autoridades informaron de que se trataba de la réplica de un arma de fuego.

El martes pasado, Alfred Olango, un refugiado ugandés, murió tras recibir disparos de la policía en El Cajón, en las afueras de San Diego.