El Gobierno francés está dispuesto a atajar con dureza la violencia en los suburbios de las grandes ciudades tras varios días de episodios violentos en las afueras de París. El anuncio lo hizo ayer, en rueda de prensa, el primer ministro Dominique de Villepin, quien se mostró favorable a desplegar más policías en esos barrios.

Villepin prometió sanciones "inmediatas y ejemplares". Una mayor agilidad judicial, dijo, va a permitir la presentación inmediata ante el juez de menores y adultos que se enfrenten a la policía, como en el 2005. El ambiente sigue siendo explosivo, aunque Villepin declaró que la situación ha mejorado.