El nuevo primer ministro francés, Dominique de Villepin, se da "100 días para devolver la confianza a los franceses", quienes, con un masivo rechazo a la Constitución en el referendo del domingo, expresaron su repulsa a la política gubernamental del presidente, Jacques Chirac. La prioridad del primer ministro será ganar "la batalla para el empleo" que, según dijo anoche en su primera intervención televisiva como jefe de Gobierno, supervisará "personalmente".

Villepin se definió como "un pragmático", apegado al "sistema social francés". En este campo, dijo que "hay cosas que todavía no se han intentado", e insistió en que se puede resolver el problema del paro sin recurrir al modelo económico anglosajón. Respecto a las críticas provocadas por el nombramiento como número dos del Ejecutivo de su principal rival político, Nicolas Sarkozy, Villepin dijo que ambos tienen el objetivo común de "marcar goles para Francia".

Asimismo, se comprometió a comparecer todos los meses para dar cuenta de la acción del Gobierno. El jefe del Ejecutivo, que consagró el día de ayer a las negociaciones para la formación del Gabinete, abogó por "escuchar el mensaje del voto del 29 de mayo", en el que, según los sondeos, la precariedad del empleo y la angustia social fueron los motores del triunfo del no .

Villepin, al que Chirac ha condenado a trabajar codo con codo con su principal rival político Nicolas Sarkozy al nombrarlo ministro de Estado y titular de Interior, reconoció que "hay que unir todas las voluntades" para emprender las "reformas indispensables y eliminar los obstáculos". El primer ministro reconoció que se trata de un reto "gigantesco", que no sabe si podrá realizarse en los 22 meses que le quedan de mandato a Chirac.

Sea cual sea la composición del Gobierno, que deberá conocerse lo más tarde mañana, es seguro que no se beneficiará del habitual periodo de gracia de 100 días. El primer desafío comenzó anoche, con una huelga de los ferroviarios. Existe una lista de movimientos sociales que están ultimando acciones.

CARTA DE CHIRAC Por su parte, Chirac escribió una carta a sus colegas de la UE para tranquilizarlos sobre el compromiso europeo de Francia y para instarles a que "tomen el tiempo necesario" para decidir las consecuencias que hay que sacar del resultado del referendo francés y del desencanto creciente en otros pueblos europeos.

En su carta, el presidente dice que la reflexión debería "comenzar desde el próximo Consejo Europeo" del 16 y del 17 de este mes. París opina que los europeos no deben permanecer "inertes" hasta el final del proceso de ratificación, previsto para final de octubre del 2006.