El vínculo entre Sadam y Al Qaeda era inexistente, según la comisión del 11-S. Bush se arropó en esa relación para lanzar la guerra. Y lo que ha logrado es que Al Qaeda tenga una embajada permanente en el lugar idóneo para servir de altavoz a sus horrores. Cuando los coches bomba han entrado en la escandalosa normalidad, Al Qaeda inicia el ritual de las decapitaciones. Ahora tenemos un vínculo.

*Periodista.