La tregua que palestinos e israelís firmaron en febrero volvió a demostrar ayer su debilidad. El Ejército israelí penetró en Naplusa y capturó a un activista de Al Fatá al que acusa de preparar un atentado. En respuesta, las milicias palestinas dispararon morteros contra el asentamiento judío de Netzarim, que no causaron víctimas.

Estos episodios de violencia se suman a los del fin de semana, cuando el Ejército israelí mató a tres chicos palestinos de 14 años. El líder palestino, Ahmed Qurei, acusó a Israel de "cavar la tumba del proceso de paz con sus violaciones de los acuerdos". J. C. B.