Tanques, blindados, vehículos de transporte de tropas y coches de la policía, todos ellos enarbolando banderas iraquís y desfilando por el centro de Bagdad. Así celebró ayer Irak el fin de la retirada de las tropas de EEUU de todas las ciudades iraquís, seis años después de la invasión que derrocó a Sadam Husein. Pero la celebración quedó empañada por la violencia. Horas después de que Irak recuperara el control total de sus núcleos urbanos, un atentado con coche bomba causó al menos 30 muertos y más de una cincuentena de heridos en la ciudad septentrional de Kirkuk.

El Gobierno declaró la jornada como festiva y la bautizó con el nombre de Día de la Soberanía Nacional. "Este día, que consideramos una celebración nacional, es un logro de todos los iraquís", afirmó en un mensaje televisado el primer ministro, Nuri al Maliki. "Nuestra soberanía incompleta y la presencia de tropas extranjeras es el legado más grave que hemos heredado de Sadam. Quienes creen que los iraquís son incapaces de defender su país cometen un error fatal", añadió. Muchos ciudadanos salieron a la calle y los coches llevaban banderas y flores.

ACUERDO BILATERAL Según el acuerdo de seguridad suscrito entre Washington y Bagdad, todas las unidades de combate estadounidenses debían retirarse ayer de los centros urbanos y redesplegarse en bases rurales. El mismo acuerdo prevé que todas las tropas estadounidenses --excepto las que entrenan al Ejército iraquí y algunos consejeros militares-- abandonen Irak al final del 2011. Bryan Whitman, un portavoz del Pentágono, señaló que EEUU ha cerrado y devuelto al control iraquí 150 bases y otras instalaciones.

La alegría no ocultó el temor a un recrudecimiento de la violencia. El coche bomba que causó una carnicería en Kirkuk estalló en un mercado repleto de gente.