Los inspectores internacionales han empezado este domingo a desmantelar parte del arsenal químico del régimen de Bashar el Asad, en un primer paso para cumplir el acuerdo entre Moscú y Washington y evitar una intervención armada de Estados Unidos en suelo sirio.

A lo largo de este domingo, los expertos tienen programado "destruir parte de las armas almacenadas y de los equipos para su producción", según ha explicado un responsable de la misión conjunta de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y de las Naciones Unidas (ONU). Este es el primer día en que los investigadores se dedican a esta tarea, que están realizando en un lugar desconocido, que no ha sido revelado por motivos de seguridad.

El equipo llegó el martes pasado a Damasco en cumplimiento del plan acordado por la comunidad internacional y ratificado por la ONU tras el acuerdo alcanzado "in extremis" por Estados Unidos y Rusia.

Durante su primera semana, el grupo técnico ha trabajado en verificar la información proporcionada por el Gobierno sirio, la seguridad de los equipos de inspección y la disposición para implantar el plan que establece la destrucción del arsenal químico durante la primera mitad de 2014.

Bachar al Asad pide un alto al fuego

En un comunicado, emitido este sábado, los expertos afirmaban que habían constatado un 'progreso inicial' y que en los primeros encuentros con las autoridades locales habían recibido documentos que parecían 'alentadores'.

En una entrevista publicada hoy en el diario sirio Tishrin, el presidente Bachar al Asad aseguró que su país aceptó la iniciativa rusa para poner sus armas químicas bajo supervisión internacional "para evitar que Siria y toda la zona entraran en guerra, y que el mapa político del mundo sirviera a los intereses sirios".

Entretanto, la violencia continúa en el territorio sirio, donde al menos ocho personas han perdido la vida este domingo y 24 han resultado heridas por el impacto de un proyectil en el barrio de Al Qasaa, en el centro de Damasco.