Docenas de violentos tornados sembraron el terror y la destrucción en el corazón de Estados Unidos y causaron al menos 38 muertos al barrer varios estados del medio oeste y el sur del país. Ayer, mientras se comenzaba a evaluar los daños en Kansas, Misuri, Arkansas y Tennessee, se temía una nueva oleada de estos temibles fenómenos meteorológicos en Misisipí, Alabama y Georgia, a medida que se desplazaba el frente de tormentas que los causó.

"ABSOLUTAMENTE TERRIBLE"

"Nunca he visto nada como esto, ha sido absolutamente terrible", dijo ayer, todavía estremecida, Julie Johnson, una funcionaria municipal de Pierce City, un pueblo de 1.400 habitantes de Misuri, donde, en menos de media hora, no quedó una sola casa en pie. En ese estado, el más afectado, se registraron al menos 20 muertos, que se sumaron a los 11 de Tennessee y los 7 de Kansas.

Los tornados, que asolan con temible regularidad el centro y sur de Estados Unidos, se debieron en esta ocasión a una bolsa de aire seco procedente de las Montañas Rocosas, la cadena que cruza el oeste del país de norte a sur, que chocó contra otra de aire cargado de humedad generada en el golfo de México, según explicó Rich Thompson, del Servicio Nacional de Meteorología en Norman (Oklahoma).

"Ese choque produjo muchas tormentas con aparato de rayos y truenos, algunas de las cuales causaron los tornados", añadió. Ayer todavía se difundían avisos sobre el peligro de que se produjeran más tornados en una amplia banda del sur de la nación, desde Misisipí a Georgia.

Los vientos de los tornados pueden llegar a velocidades de 350 kilómetros por hora y, con una rapidez fulminante, son capaces de arrancar árboles de raíz y destrozar edificios muy sólidos.