El presidente ruso, Vladimir Putin, destituyó ayer al Gobierno en pleno, a las puertas de las elecciones presidenciales en Rusia, en un intento para persuadir al electorado de que acuda a votar el 14 de marzo y valide su reelección, que los sondeos dan como segura. Según Putin, la medida se debe a su deseo de aclarar su "posición sobre cuál será la evolución del país tras el 14 de marzo", sin esperar al resultado de los comicios. Putin tiene ahora un plazo de dos semanas para presentar a la Duma la candidatura del nuevo jefe de Gobierno.

La oposición acusó a Putin de desestabilizar el país para lograr una participación superior al 50%, necesaria para que las elecciones sean válidas en el país.