Irlanda del Norte volverá a tener gobierno propio después de tres años de suspensión de la Asamblea de Stormont. Las dos principales formaciones norilandesas, el Partido Unionista Democrático (DUP) y el Sinn Féin, acordaron ayer volver a compartir el poder y acabar con la parálisis política que amenazaba los acuerdos de paz de Viernes Santo.

Unionistas y republicanos respaldaron el borrador del acuerdo presentado el jueves por los gobiernos del Reino Unido y la República de Irlanda, acompañado de un ultimátum. De no ser aceptado, los partidos se exponían a la convocatoria de nuevas elecciones locales el lunes. «Es un gran paso adelante para los norirlandeses», declaró el primer ministro británico, Boris Johnson.

Los unionistas fueron los primeros en aceptar el acuerdo. Los republicanos lo hicieron horas más tarde. «El Sinn Féin ha decidido restablecer el sistema el sistema de gobierno compartido en la provincia y nombrar ministros para un gobierno basado en el poder compartido», señaló la líder del partido republicano, Mary Lou McDonald.

«Hay serios desafíos, pero el más importante de todos ellos es asegurarnos de que tenemos un poder genuinamente compartido, basado en la igualdad», añadió McDonald. Los nacionalistas reclamaban mayores derechos y protección para la lengua irlandesa, así como la reforma del sistema de gobierno para prevenir que el DUP, la mayor formación, pudiera bloquear la legislación que protege a las minorías.

La interminable disputa entre Sinn Féin y DUP, que lidera Michelle ONeill, y su incapacidad para encontrar la forma de retornar al gobierno, pasó factura a ambos en las elecciones generales de diciembre. En los últimos tres años los problemas económicos, sociales y de gestión, se han acumulado. El Gobierno británico hubo de asumir buena parte de las responsabilidades de la autonomía.

La importancia de la reapertura de la Asamblea de Stormont es aún mayor, dado que jugará un papel significativo en las medidas aduaneras tras el brexit. El acuerdo de retirada da a la Asamblea el derecho de considerar si debe mantener el alineamiento con las normas de mercado de la UE. Los nacionalistas quieren permanecer cerca de Europa. Los unionistas temen que esa cercanía les diferencie del resto del Reino Unido y abra la vía hacia la reunificación de la isla de Irlanda.