Hasta hace solo unos años, cualquiera podía salir de un Walmart con el carro lleno de comida, una aspiradora nueva y un rifle de asalto con suficiente munición para tomar la Bastilla. Era una de las paradojas de la vida en Estados Unidos, donde los menores de 21 años no pueden beber en los bares, pero sí pueden comprar una pistola. Poco a poco, sin embargo, algunas cosas están cambiando. La mayor cadena de supermercados del país ha anunciado que dejará de vender la munición utilizada por las armas de asalto, con las que se perpetran muchos de los tiroteos de masas que están desangrando al país. Solo en agosto hubo dos tiroteos en sus centros comerciales, donde murieron un total de 24 personas.

"Está claro que el estatus quo actual es insostenible", ha dicho el consejero delegado de Walmart, Doug McMillon, al anunciar la medida. "Sabemos que estas decisiones importunarán a algunos de nuestros clientes, pero también esperamos que lo comprendan". La munición en cuestión, que incluye los calibres .223 y 5.56, se utiliza en pistolas semiautomáticas, rifles de barril recortado y armas largas. Algunas las utilizan los cazadores, pero también los rifles de asalto como el AR-15. Con esta medida se espera que Walmart pierda una parte substancial de su cuota de mercado en el negocio de la munición, que pasaría del 20% al 6%, según las estimaciones de la compañía.

PROGRESIÓN

Walmart es la mayor empresa privada de EEUU, con una plantilla de 1,5 millones de trabajadores y más de 4.700 centros comerciales repartidos por la geografía estadounidense. Aunque sigue siendo uno de los mayores vendedores de armas del país, lleva años reduciendo su huella en el negocio. En el 2015 dejó de vender rifles de asalto y el año pasado, poco después de la masacre en el instituto de Parkland (Florida), elevó a los 21 años la edad para comprar armas y munición en sus establecimientos.