Uno de los principales argumentos esgrimidos por el presidente de Estados Unidos, George Bush, para invadir Irak se desmoronó ayer. La Casa Blanca reconoció por vez primera que el líder norteamericano se equivocó cuando dijo en enero que Sadam Husein había intentado comprar uranio en Africa para reconstruir su programa de armas nucleares.

Este embarazoso mea culpa de la Administración republicana coincidió con la emisión de otra grabación magnetofónica, aparentemente de Sadam, en la que el depuesto dictador iraquí anima a sus leales a seguir hostigando con atentados a los invasores de su país.

LA CIA DESESTIMA

"El Gobierno británico se ha enterado de que Sadam Husein recientemente intentó hacerse con cantidades significativas de uranio en Africa", declaró el presidente durante el Discurso sobre el Estado de la Unión, el 28 de enero. Bush se refería a unos documentos obtenidos por el espionaje británico a través de un tercer país, probablemente Italia, sobre la venta de uranio a Irak por Nigeria.

Sin embargo, cuatro meses antes, la propia CIA había desestimado esta información como poco fiable, por lo que su utilización por Bush supuso un claro intento de justificar y recabar apoyo a la guerra, que lanzaría siete semanas después. Irak no tenía un programa nuclear civil, por lo que su intento de obtener uranio apuntaría a que trataba de hacerse con un arma nuclear.

También la ONU denunció los célebres documentos sobre Nigeria, ya que en marzo, días antes de comenzar la guerra, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) los declaró falsos. La Casa Blanca no discutió las conclusiones de la AIEA, pero las ignoró, y Bush lanzó su guerra contra Irak, el 20 de marzo, para eliminar el presunto peligro que suponían las armas de destrucción masiva en poder de Sadam, que siguen sin aparecer.

"Sabiendo todo lo que ahora sabemos, la referencia al intento de Irak de adquirir uranio en Africa no debía haber sido incluida en el Discurso sobre el Estado de la Unión", reconoció ayer una fuente oficial de la Casa Blanca a The Washington Post , forzada por la publicación del informe de una comisión parlamentaria británica, que denunció la escasa fiabilidad de los datos de inteligencia británica esgrimidos por George Bush, para empujar al Congreso y a la opinión pública estadounidense en favor de la guerra.

210 SOLDADOS MUERTOS

Esa guerra continúa aún, en forma de guerrilla, y son ya 210 los soldados estadounidenses caídos en Irak desde su comienzo, 111 en atentados perpetrados por leales a Sadam, quien ayer reapareció, por segunda vez en menos de una semana, para animar a la resistencia con acciones encubiertas. "Me dirijo especialmente a los jóvenes creyentes en Dios, y a los que aún poseen misiles y lanzagranadas", dijo una voz similar a la del dictador iraquí, en paradero desconocido, en una grabación emitida ayer por la cadena de televisión qatarí Al Jazira. La CIA no confirmó la autenticidad del mensaje.