Cada ocho años, o cada cuatro dependiendo de lo que dicten las urnas, llega el gran momento de Washington DC. La ciudad se viste de gala para recibir al nuevo presidente electo, que en las escaleras del Capitolio jura solemnemente su cargo tras un desfile y varios días de fiestas en honor del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Es el momento en que Washington deja de convertirse en metáfora de politiqueo, bloqueo partidista y hasta corrupción y pasa a lucir como lo que también es: la ciudad del mundo que concentra más poder por metro cuadrado. Pero lo de este año está superando cualquier expectativa, ya que la ciudad ha enloquecido ante la llegada de los Obama y el hecho histórico de que un negro jure por primera vez su cargo como presidente del país.

Uno de los aspectos que más llaman la atención de los preparativos cara al 20 de enero (que es cuando este año se celebrará la ceremonia de la toma de posesión) es el de las entradas para asistir al acto. Habrá 240.000, que una comisión repartirá entre los miembros del Congreso para que a su vez las distribuyan entre sus electores. Las entradas son gratis. Pues bien, en páginas de internet como eBay y GraigList ya se están ofreciendo entradas por más 10.000 dólares (unos 7.800 euros) para ser testigos directos de la historia. En algunos casos se puja hasta 40.000 dólares (unos 32.000 euros).

UN DELITO "Los miembros del Congreso tienen prohibido beneficiarse de su posición. Pronto se les enviará una carta recordándoselo", declaró Carole Florman, portavoz del comité que organizará los actos de la toma de posesión. Su presidenta, la senadora Dianne Feinstein, ha recordado que vender las entradas puede ser delito, y ha pedido a las páginas web que retiren sus ofertas para unos tíquets que aún no existen y que, insiste Feinstein, son gratis. Pero la expectación es tal que su petición puede caer en saco roto. Según la propia Feinstein, solo su oficina del Senado (es senadora por California) recibió el día siguiente de las elecciones 8.000 peticiones de entradas.

Esa es la tónica en Washington con todo lo que se refiere a la toma de posesión de Barack Obama. Por ejemplo, en estos momentos ya resulta una tarea casi imposible lograr una habitación en la ciudad para la semana Obama de la capital estadounidense. Esto da lugar a que los habitantes de la ciudad (donde Obama ganó con más del 90% de los votos) planeen hacer su agosto en enero: en CraigList se pueden encontrar ofertas de alquiler de apartamentos o simplemente de habitaciones que van desde los 1.000 dólares (unos 800 euros) hasta los 6.000 (4.800 euros) si la vivienda tiene vistas al Capitolio.

La expectación por todo lo que sea Obama en la ciudad alcanza otros ámbitos. En internet y en la prensa local, por ejemplo, se cruzan apuestas respecto a qué escuela elegirán los Obama para sus dos hijas, y se les recomiendan las mejores opciones. También hay curiosidad por saber dónde vivirá la madre de Michelle, niñera oficial de las niñas.