Estados Unidos, Gran Bretaña y España iniciaron anoche la última y difícil batalla diplomática para conseguir el apoyo a la guerra contra Irak en un Consejo de Seguridad de la ONU que está fuertemente dividido, al presentar ante sus miembros un proyecto de resolución que posibilita el ataque a Sadam Husein por "no haber usado la oportunidad final" para el desarme pacífico que le concedía la resolución 1441 del pasado 8 de noviembre, con lo que debe sufrir las "consecuencias graves" contempladas en ella.

El documento, presentado a puerta cerrada por el embajador británico, Jeremy Greenstock, en nombre del trío patrocinador, no fija ningún calendario concreto para la ofensiva ni la amenaza explícita del uso de la fuerza, en un claro intento de facilitar que lo apoyen los países remisos al ataque, sobre todo los seis miembros no permanentes del Consejo --México, Chile, Camerún, Pakistán, Guinea y Angola-- que Washington no da por perdidos.

CONSENSO INTERNACIONAL

En Londres, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, señaló: "Concederemos un periodo de dos semanas, o quizá algo más, antes de pedir una decisión" al Consejo. Straw también hizo hincapié en el deseo de lograr "un consenso internacional" sobre la resolución.

Se cuenta con que la votación se produzca después del 7 de marzo, fecha en la que el jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, presentará su informe sobre el desarme de Irak al Consejo. Un portavoz del primer ministro británico, Tony Blair, indicó que la resolución podría votarse hacia mediados de marzo, lo que hace improbable un ataque contra Irak antes de esas fechas.

"Irak ha violado y sigue violando sustancialmente sus obligaciones" de desarme, denuncia el preámbulo del proyecto de resolución que, a lo largo de 11 párrafos introductorios, recuerda puntos clave de la resolución 1441, adoptada unánimemente por los 15 miembros del Consejo. Además, culpa a Irak de haber realizado "declaraciones falsas y omisiones" en el inventario armamentista de 12.000 páginas que presentó el 7 de diciembre, algo que la 1441 ya contemplaba como razón suficiente para declarar que Bagdad había cometido una "violación sustancial" de las órdenes de la ONU.

El documento recuerda también que "la falta de cumplimiento o de cooperación total de Irak en la ejecución de esa resolución (1441) constituiría una violación sustancial adicional" de sus obligaciones, y se hace eco de las repetidas advertencias al régimen de Sadam Husein de que "se enfrentará a consecuencias graves como resultado de la continua violación de sus obligaciones".

En la Casa Blanca, el portavoz, Ari Fleischer comentó que el presidente, George Bush, espera que el Consejo vote pronto esta resolución. El propio Bush volvió a conminar al órgano ejecutivo de la ONU a que "determine si va a ser o no relevante mientras el mundo hace frente a las amenazas del siglo XXI". Explicó que el proyecto de resolución "detalla lo que el mundo ha contemplado en los últimos meses; que el régimen iraquí no se ha desarmado, no se está desarmando como le exigió unánimemente el pasado otoño el Consejo".

VENCER LA RESISTENCIA

Pese a sus intensas gestiones diplomáticas, Washington no ha logrado vencer la resistencia a la guerra inmediata de Francia y Rusia, ambos miembros permanentes y con poder de veto del Consejo, y ayer China se mantuvo firme en la misma posición de que debe darse más tiempo a los inspectores, incluso tras la visita a Pekín del secretario de Estado, Colin Powell. EEUU quiere rodear este muro de oposición obteniendo del resto de los miembros los nueve votos indispensables para que la resolución se apruebe, con el fin de dificultar el veto francés a esta decisión mayoritaria.