Sólo dos días después de que se elevara la alerta terrorista en cinco centros financieros de Nueva York y Washington, el Gobierno de EEUU se vio obligado ayer a admitir que los documentos en los que se basó el pasado domingo para adoptar esa decisión son anteriores al 11-S (del 2000 y el 2001). El secretario de Seguridad Nacional, Tom Ridge, se apresuró a justificar su decisión aduciendo la capacidad demostrada por Al Qaeda para preparar con mucha antelación sus atentados. Pero las revelaciones han multiplicado las denuncias contra la Administración de George Bush por el uso electoralista de las alertas terroristas.

Ridge tuvo que hacer las declaraciones después que numerosas fuentes del espionaje explicaran a The New York Times y The Washington Post que los datos obtenidos tras la detención en julio en Pakistán de un miembro destacado de Al Qaeda demostraban que los terroristas habían vigilado y estudiado posibles objetivos terroristas en EEUU, pero hace tres y hasta cuatro años. El domingo, en el anuncio público de la alerta, que fue elevada a naranja (peligro alto), Ridge había dicho que se trataba de "nueva" información.

´MODUS OPERANDI´ Esas fuentes aseguraban que el estudio de potenciales objetivos para atacarlos años después responde al modus operandi de la organización. Explicaron también que algunos documentos incautados demuestran que al menos uno se actualizó en enero de este año y dijeron que, pese a tratarse de vieja información, era nueva para ellos puesto que no la habían detectado hasta ahora.

Aunque --con el referente de Madrid-- las agencias de espionaje temen que Al Qaeda intentará atentar en EEUU antes de las elecciones del 2 de noviembre, las fuentes citadas por los diarios también reconocían que no hay pruebas de que hoy exista un plan de ataque o de que el acecho terrorista de los edificios puestos en alerta siga en marcha. Ridge insistió ayer en que era "esencial" hacer pública la alerta y movilizar numerosos efectivos policiales e intentó desvincular lo ocurrido de la política. "No hacemos política en el Departamento de Seguridad Nacional. Nuestro trabajo es identificar la amenaza", dijo. Pero su siguiente frase le traicionó: "Esto no es algo político, sino una cuestión de confianza en el Gobierno". Precisamente, la confianza en Bush como el hombre más capacitado para garantizar la seguridad nacional es uno de los puntos fuertes de la campaña electoral, tanto del presidente como de su rival demócrata, John Kerry.

KERRY GANA TERRENO Kerry va ganando terreno, y aunque no ha logrado obtener en las encuestas el salto cuantitativo que se esperaba de la convención demócrata sí lo ha logrado cualitativamente. Según un sondeo de Gallup, la confianza en Bush para asumir las responsabilidades de un comandante en jefe ha bajado del 51%, antes de la convención demócrata, al 48%, mientras que Kerry ha mejorado su grado confianza: ha subido del 43% al 48%. Otra encuesta de la cadena de televisión ABC y del Post muestra que el líder demócrata ha superado en dos puntos al presidente como candidato mejor preparado para manejar la situación en Irak.