EEUU se enfrenta de nuevo a la ONU, esta vez a cuenta de la controvertida reforma de la Comisión de Derechos Humanos, propuesta hace un año por el secretario general de la organización, Kofi Annan. Ayer, el embajador de EEUU ante las Naciones Unidas, John Bolton, reiteró que se opondrá al proyecto de resolución respaldada por Annan para crear un nuevo Consejo de Derechos Humanos si llega a someterse a votación esta semana en la Asamblea General.

Para Washington, el proyecto no cuenta con suficientes garantías de que países que violan los derechos humanos se verán excluidos del nuevo consejo que se pretende crear, tras el escándalo creado por la entrada en la comisión de países con una amplia tradición de violar los derechos humanos, como Sudán, Cuba, Libia o Zimbabue.

Sin embargo, tanto Annan como la comisaria de Derechos Humanos, Louise Arbour, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, respaldan el plan, igualmente apoyado por varios premios Nobel y por el expresidente demócrata de EEUU, Jimmy Carter. En el borrador, la actual Comisión de Derechos Humanos, que tiene 53 miembros y sede en Ginebra (Suiza), sería sustituida por un Consejo de Derechos Humanos, con sólo 47 miembros, elegidos por mayoría absoluta en la Asamblea General de la ONU, donde EEUU no tiene poder de veto, aunque su voto en contra goza de gran influencia.

LOS TEMORES Tanto EEUU como Annan hubieran preferido que cada país que entre en el nuevo consejo cuente con el respaldo de dos tercios de los 191 miembros de la ONU, en lugar de apenas 96 --mayoría absoluta--, como prevé la propuesta. Pero ni Annan ni los activistas en favor de los derechos humanos se inclinan por prorrogar las negociaciones, por temor a que el plan se debilite en lugar de reforzarse. Por su parte, la UE está dispuesta a apoyar el proyecto actual con "pequeñas reservas".