Yasuo Fukuda, de 71 años, será elegido primer ministro de Japón este martes, tras haber sido designado hoy presidente del gubernamental Partido Liberal Demócrata (PLD) en sustitución del dimisionario Shinzo Abe.

Fukuda recibió la confianza de 330 de los 528 miembros del PLD con derecho a voto, que subieron al estrado para votar, uno a uno, en una urna de madera durante una ceremoniosa sesión, televisada por la cadena pública NHK.

El aparato del PLD ha escogido a Fukuda por su perfil de hombre competente, sin sorpresas y con control de la burocracia japonesa en detrimento de su contrincante Taro Aso, secretario general del partido y ex ministro de Asuntos Exteriores, que recibió 197 votos.

Una vez anunciada la victoria de Fukuda por parte del maestro de ceremonias, Aso acudió a felicitar al vencedor y, rodeados de la plana mayor del PLD, ambos gritaron los habituales tres "Banzai!" (victoria) mientras levantaban los dos brazos.

El PLD controla la Cámara Baja con una mayoría de dos tercios, por lo que el próximo martes Fukuda será con toda seguridad elegido para ocupar el cargo de primer ministro de Japón en sustitución de Shinzo Abe, que tuvo que ser hospitalizado nada más anunciar su dimisión hace 11 días.

El todavía ingresado primer ministro votó ayer desde su cama de hospital ante un miembro de la comisión electoral del PLD. Hoy, tras conocer la victoria de Fukuda, Abe pidió por medio de una carta perdón a la opinión pública por el vacío de poder al que sometió al país con su dimisión.

Aso ocupó el puesto clave de ministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno de Abe caracterizado por los escándalos, por lo que con la elección de Fukuda los barones de partido han querido distanciarse de la administración que llevó al PLD a su derrota más amarga en la Cámara Alta, hace seis semanas.

El control del Senado logrado en aquellos comicios por el Partido Democrático (PD) de Ichiro Ozawa, ha enardecido a una oposición consciente del descontento popular y deseosa de aprovecharlo.

Ganar la confianza de los japoneses

El nuevo presidente del PLD ha anunciado que en el ámbito interno tratará de volver a ganar la confianza de una población desilusionada, que ve en Fukuda al hombre que se convertirá en el segundo primer ministro consecutivo por el que no ha votado. Por su parte, la oposición pidió hoy la convocatoria de elecciones anticipadas.

El mandato que espera a Fukuda será una difícil empresa, con la oposición empeñada en bloquear la misión militar japonesa de apoyo a EEUU en Afganistán, un asunto capital para el PLD a cuya prórroga más allá de noviembre apostó Abe su mandato.

Con aspecto de abnegado trabajador con traje nipón, una especie conocida localmente como "salaryman", Fukuda ha sido escogido por un paradójico capricho del destino.

Miembro de una estirpe de políticos que lo convertirá en el primer jefe de Gobierno de Japón cuyo padre también ocupó el cargo, parecía que había dicho adiós a la posibilidad de gobernar Japón durante el proceso de elección del sustituto de Junichiro Koizumi hace un año escaso.

En aquella ocasión Fukuda se retiró de la carrera con el argumento de su avanzada edad y dejó el camino libre para Shinzo Abe, de 52 años, un joven halcón con una estudiada agenda para poner a Japón en el ámbito político mundial a la altura que le corresponde por el peso de su economía.

Pero el Gabinete de Abe estuvo salpicado por numerosos escándalos, incluido el suicidio de un ministro, y en esta ocasión el partido se ha decantado por Fukuda precisamente por su edad, con un perfil más conciliador y del que se espera un comportamiento mesurado.

El seguro próximo primer ministro de Japón ya ha anunciado que no visitará Yasukuni, el templo sintoísta en el que se homenajea a los muertos en la guerra japoneses que encolerizaba tanto a China como a las dos Coreas cada vez que Koizumi pasaba por allí.

Entre sus intenciones también está de momento aparcar la reforma de la Constitución emprendida por Shinzo Abe, pero todavía no ha anunciado las líneas maestras de su mandato, por lo que dada la fuerza de la que está haciendo gala la oposición, algunos creen que Fukuda podría convertirse en un primer ministro de transición.