La petrolera YPF, controlada por el Estado argentino tras la expropiación del 51% de las acciones a la española Repsol, y la empresa estadounidense Chevron han firmado un acuerdo para explotar el yacimiento no convencional de Vaca Muerta con una inversión inicial de 1.240 millones de dólares (unos 943 millones de euros).

El acuerdo se ha anunciado apenas un día después de que el Gobierno de Cristina Fernández decretara una ventajosa reglamentación para las petroleras con inversiones mínimas de mil millones de dólares, prácticamente a la medida de Chevron y del convenio suscrito con YPF, que ha provocado críticas en la oposición.

Además, la operación ha desatado protestas en Buenos Aires y Neuquén (provincia donde está ubicado el yacimiento) por parte de organizaciones sociales y políticas y de comunidades indígenas mapuches, tanto por temas de seguridad ambiental como por el mantenimiento de la soberanía argentina sobre los recursos naturales.

El acuerdo fue suscrito en Buenos Aires por el presidente de YPF, Miguel Galuccio, el titular de Chevron, John Watson, y el responsable de la firma estadounidense en las operaciones de exploración y producción en África y América latina, Ali Moshiri, quienes se reunieron con la presidenta argentina.

Chevron realizará un desembolso inicial de 1.240 millones de dólares que, sumados a lo ya desembolsado por YPF, alcanzan una inversión total de 1.500 millones de dólares (unos 1.140 millones de euros) para la explotación conjunta de petróleo no convencional (shale oil) en una zona denominada general Enrique Mosconi.

VENTAJAS DE EXPLOTACIÓN

Entre los principales beneficios del nuevo esquema, las petroleras tendrán derecho a exportar el 20% de la producción después de 5 años sin la tributación de derechos de exportación.

Además gozarán de la libre disponibilidad del 100% de las divisas provenientes de la exportación de los hidrocarburos, siempre que hubieran antes ingresado al país divisas por al menos 1.000 millones de dólares. Asimismo, obtendrán precios de exportación en el mercado interno cuando, como ahora, la producción nacional no alcance a cubrir las necesidades.

"Vaca Muerta es un activo de clase mundial y se ajusta perfectamente a nuestro sólido portafolio de recursos no convencionales. Es consistente con nuestro objetivo estratégico de entrar en nuevas y atractivas áreas de forma temprana en el proceso", dijo Watson.

Para Galuccio, esta asociación "es estratégica para la compañía y para Argentina" con vistas a poner "en producción un recurso que puede cambiar el futuro energético del país".

YPF y Chevron habían suscrito en septiembre de 2012 un memorando de entendimiento sobre Vaca Muerta que provocó una denuncia de la española Repsol en tribunales de España y Estados Unidos.

Desde la expropiación del grueso de sus acciones en YPF, Repsol ha entablado una batalla legal para exigir al Gobierno de Fernández una compensación y mantiene que tomará medidas legales contra cualquier compañía que intente invertir en la petrolera argentina mientras no se resuelva su contencioso.

PROTESTAS

"Confiscaron a los españoles para regalar la empresa a los americanos", denunció ayer el diputado de la conservadora Propuesta Republicana (Pro) Julián Obiglio en protesta por el acuerdo con Chevron.

"Es una amenaza de muerte para el pueblo mapuche. Le decimos no al convenio. El Estado nos deja desprotegidos ante las multinacionales", dijo a Efe Jorge Nahuel, miembro de la Confederación Mapuche de Neuquén, que recordó que es Chevron afronta un juicio millonario en Ecuador por daños ambientales.

Precisamente antes de firmar el convenio, el pasado 4 de junio, la Corte Suprema de Argentina revocó una orden de embargo dictada por un tribunal argentino sobre bienes de la filial local de Chevron por 19.552 millones de dólares en el marco de una demanda en Ecuador por daño ambiental.