En un intento de superar la división del país en dos bloques enfrentados tras las elecciones parlamentarias del domingo, el presidente de Ucrania, Víktor Yúshchenko, instó ayer a sus aliados de la coalición naranja a iniciar conversaciones con el Partido de las Regiones, liderado por el primer ministro, el prorruso Víktor Yanukóvich, para negociar una amplia coalición en la Rada Suprema (Parlamento) y formar un nuevo Gobierno de unidad nacional.

"Espero prudencia de los dirigentes del Partido de las Regiones, del Bloque de Yulia Timoshenko y de Nuestra Ucrania- Autodefensa Popular, así como pasos concretos para consolidar el país en torno a las prioridades nacionales. Pido a las tres fuerzas que inicien conversaciones para formar una mayoría en el Parlamento y el Gobierno. Ucrania tiene que estar unida", subrayó el presidente.

Las declaraciones de Yúschenko cayeron como un jarro de agua fría en los dos partidos naranjas , el Bloque de Yulia Timoshenko y Nuestra Ucrania- Autodefensa Popular, controlado por el presidente, que habían iniciado el martes las negociaciones para formar Gobierno sobre la base de unos 230 de los 450 escaños que tienen garantizados en la nueva Rada gracias a su resultado electoral. La reacción de los naranjas a la propuesta de Yúschenko ha sido muy negativa. Un portavoz del partido propresidencial desacreditó las palabras de su dirigente y afirmó que no habrá una alianza entre las fuerzas proeuropeas y las prorrusas. Timoshenko, la gran triunfadora de las elecciones que aspira al puesto de primera ministra, excluyó "cualquier tipo de coalición" con Yanukóvich.

AMBICIONES La iniciativa de Yúschenko ha sido alabada por Yanukóvich quien, al igual que Timoshenko, había reclamado la victoria y el derecho de formar Gobierno. La verdadera ambición que está detrás de la maniobra de Yúschenko se perfiló cuando el presidente anunció ayer que llevará a cabo en el 2008 una reforma que amplíe los poderes presidenciales. "Sin la reforma de la Constitución será difícil mantener la estabilidad política, por eso dedicaremos el año que viene a la aprobación de una nueva Carta Magna", indicó.

Por otro lado, las delicadas relaciones del país con Rusia se salvaron ayer de una nueva crisis del gas con un acuerdo por el que saldará antes del 1 de noviembre la deuda de unos 918 millones de euros acumulada por los suministros del gas ruso. El gigante ruso Gazprom amenazó el martes con recortar el suministro de gas a Ucrania.