José Luis Rodríguez Zapatero arrancó ayer al presidente de Bolivia, Evo Morales, el compromiso de negociar bilateralmente cualquier decisión que afecte a empresas españolas en ese país. A su vez, el jefe del Gobierno español expresó su "respeto" a la decisión de Morales de nacionalizar los hidrocarburos y dijo que esa política "puede ser útil" si cuenta con la asociación de empresas especializadas extranjeras y si garantiza a estas una "razonable rentabilidad".

Zapatero y el líder boliviano abordaron el futuro de Repsol en el país andino durante una reunión de 45 minutos en el marco de la cumbre UE-América Latina celebrada en Viena. El presidente del Gobierno español solo accedió al encuentro una vez Morales aceptó por escrito, en la mañana de ayer, las exigencias planteadas por Madrid respecto a las pautas de negociación.

"CLARIFICADORA" En una rueda de prensa al final de la cumbre, Zapatero calificó de "positiva, sincera y clarificadora" su reunión con Morales, y expresó su confianza en que las negociaciones bilaterales y "a fondo" permitan alcanzar un acuerdo satisfactorio para todas las partes. "Sería bueno para Bolivia y para España", dijo. A la pregunta de si le incomodaba la consideración de "aliado estratégico" que le otorgó Morales, dijo que, tratándose de América Latina, todos los países, gobiernos y pueblos son aliados, aunque con algunos haya discrepancias.

En pocas horas, el líder boliviano hizo llegar al ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, una carta en la que garantiza el marco bilateral de las negociaciones con las empresas extranjeras. En la misiva, Morales considera "muy positivo" el "acompañamiento" del Gobierno español en dichas negociaciones y accede a establecer funcionarios de enlace entre los países con miras al desarrollo "fluido" de los contactos. También se compromete a promover las condiciones para una "verdadera y duradera" seguridad jurídica para los inversores extranjeros.

CONCILIADOR En su estrategia de conciliación, Morales negó que el día anterior hubiera acusado a España de incumplir sus compromisos con Bolivia, como titularon algunos medios, y dijo que él solo había manifestado su "esperanza" en que los ofrecimientos de Zapatero --de duplicar la ayuda al desarrollo y condonar parte de la deuda-- puedan ser una "pronta realidad".

Todos los compromisos expuestos por Morales coinciden con los planteamientos del Ejecutivo español, transmitidos por Moratinos al presidente de Bolivia en una carta fechada el 8 de mayo. En dicha misiva, el jefe de la diplomacia lanzaba un guiño a Morales al expresar el "respeto" del Gobierno a "todas aquellas decisiones políticas adoptadas por gobiernos soberanos y democráticamente elegidos".

Zapatero alegó que las explicaciones y compromisos del líder boliviano "marcan la senda para abordar desde la bilateralidad" el futuro de las compañías españolas en el país suramericano. El jefe del Ejecutivo se comprometió por su parte a llevar adelante sus promesas respecto al aumento de las ayudas al desarrollo y la condonación de deuda a todos los países de atención prioritaria para España, entre ellos Bolivia.

AGENDA INTENSA Zapatero mantuvo una agenda intensa de encuentros bilaterales, entre ellos el mexicano Vicente Fox, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el argentino Néstor Kirchner. Este último se deshizo en elogios a Repsol después de que trascendieran informaciones según las cuales el Gobierno argentino estaría ejerciendo presiones sobre la compañía española. Kirchner se comprometió a viajar el 22 de junio a Madrid y comunicó a Zapatero que, coincidiendo con esa visita, Repsol anunciará un plan de inversiones en Argentina.