José Luis Rodríguez Zapatero calificó ayer de "muy buena noticia para España" el nombramiento del portugués José Manuel Durao Barroso al frente de la Comisión Europea. Argumentó que España y Portugal "comparten intereses" en los grandes debates europeos que se avecinan --política agraria y financiación--, en Iberoamérica y en las regiones ultraperiféricas.

el presidente respaldó a Barroso, a pesar del rechazo que éste suscita en el Partido Socialista Europeo por haber servido de anfitrión durante la cumbre de las Azores. "Eso nada tiene que ver con la decisión que se ha tomado hoy", alegó. El presidente consideró "natural" que en la "nueva arquitectura política" de la UE haya un debate en la Eurocámara sobre el nombramiento de Barroso. Pero añadió que el "ámbito" del Consejo Europeo es "bastante distinto", porque allí, dijo, los jefes de Estado y de Gobierno se ocupan de la "construcción europea".

Zapatero se felicitó por la ratificación de Javier Solana como responsable de la política exterior de la UE y futuro ministro de Exteriores, algo por lo que pujó el líder español. La ofensiva de Zapatero en la Unión ha tenido su vertiente gastronómica: el lunes entregó a Gerhard Schröder, en Estambul, el jamón ibérico que le prometió en la anterior cumbre europea. Lo llamativo es que eligió para escenificar el gesto un país islámico.