El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, garantizó hoy a la canciller alemana, Angela Merkel, que España está dispuesta a "flexibilizar" su postura en torno a la Constitución Europea para favorecer que la próxima semana los 27 socios de la UE puedan consensuar un nuevo tratado.

Zapatero se reunió con Merkel en la sede de la Cancillería y, en rueda de prensa conjunta, reconoció que ese nuevo tratado no recogerá "todas las aspiraciones de un país profundamente europeísta como España", pero apostó por mantener una "colaboración constructiva" y confió en lograr un acuerdo entre todos los países.

Merkel, que como presidenta de turno de la UE se ha reunido ya prácticamente con todos los líderes europeos, agradeció el "alto grado de flexibilidad" mostrado por España, el primer país que ratificó en referéndum la Constitución, aunque destacó también que hay "líneas rojas" a las que no se renunciará en el nuevo tratado. Para Zapatero, resulta "esencial", por ejemplo, que se extienda la toma de decisiones por mayoría cualificada a muchas de las políticas europeas, ya que la exigencia de unanimidad impide a la UE avanzar; y que se cuente con un presidente permanente del Consejo.

Destacó además la necesidad de que haya una política exterior "definida" (no citó la figura del ministro de Exteriores recogida en el Tratado Constitucional), que la carta de derechos fundamentales tenga relevancia jurídica, que haya "ambición" en materia de Justicia e Interior, y que se impulse una política común de inmigración.

Ante la hipótesis de que, como exige Polonia, se modifiquen las reglas de votación, Zapatero recordó que España aceptó el sistema fijado en el Tratado Constitucional, pero advirtió de que si se abre el debate "intentaría lógicamente mejorar su posición, como lo harían todos los países".

Agradecimientos a España

Merkel recalcó que no es sólo un país el que plantea problemas e insistió en que todos tienen sus "líneas rojas", por lo que el objetivo será compaginar los diferentes intereses durante la próxima semana, ante el decisivo Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas el jueves y viernes. En este contexto agradeció la buena disposición de España para seguir manteniendo contactos y su papel como país "aliado" en esta tarea.

Zapatero dijo que a los españoles les gustaría "cubrir dos etapas", aunque están dispuestos a "cubrir una" desde el convencimiento de que "hay que ir al ritmo que pueda ir la inmensa mayoría de los países europeos" para avanzar.

Tras reconocer que los españoles votaron "masivamente" a favor del Tratado Constitucional, rechazado después por franceses y holandeses, destacó que España quiere una Europa ágil y necesita para ello "un nuevo tratado que reforme tratados y que permita a Europa funcionar". "Vamos a ser leales colaboradores de la canciller Merkel para lograr el acuerdo, y lo digo desde un país que tiene una gran legitimidad porque ha votado sí en referéndum y está dispuesto a flexibilizar su postura para que el Tratado salga adelante", insistió.

El jefe del Ejecutivo español se mostró convencido de que el trabajo realizado por Merkel dará sus frutos la semana que viene, aunque sea a altas horas de la madrugada, ya que "ningún país se querrá quedar atrás".

Zapatero viaja ya a Polonia, país que ha amenazado incluso con vetar un acuerdo europeo si no se modifica el sistema de doble mayoría -de Estados y de población- para la toma de decisiones, y explicó que trasladará al primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, que "necesitamos avanzar".

"Si hay voluntad política, ha de estar por encima de las matemáticas, que suelen ser a veces muy coyunturales", apuntó en referencia a la propuesta polaca de cambiar la doble mayoría por el denominado modelo "Penrose", basado en la raíz cuadrada de las poblaciones nacionales.