José Luis Rodríguez Zapatero reclamará hoy a sus homólogos europeos un compromiso firme para hacer frente al fenómeno de la inmigración, que en los últimos tiempos ha tenido su expresión más dramática en las fronteras españolas con Marruecos. El presidente, en tándem con el francés Jacques Chirac, pedirá que ese compromiso se concrete en tres ejes: refuerzo de fronteras, soporte financiero a países de tránsito y ayuda al desarrollo para los países subsaharianos, principales emisores de emigrantes.

El Gobierno pretende entre otras cosas que los Veinticinco activen un plan ya aprobado de 40 millones de euros para apoyar al país magrebí en la gestión de los flujos migratorios.

El jefe del Ejecutivo acude a Hampton Court (cerca de Londres) con el mensaje de que la inmigración, el terrorismo y la competitividad económica constituyen los tres grandes desafíos derivados de la mundialización. Ya ha conseguido que el presidente de turno de la Unión, el británico Tony Blair, haya colocado la inmigración en el centro de la agenda comunitaria. Al mismo tiempo, Zapatero coincide con los planteamientos de Blair en materia económica, en concreto con la necesidad de llevar adelante las reformas previstas en la agenda de Lisboa.