José Luis Rodríguez Zapatero propondrá en la cumbre de Bruselas de los próximos jueves y viernes una estrategia de "avance realista" para superar la crisis, provocada por los rechazos de Francia y Holanda a la Constitución europea. Dicha estrategia consiste en proseguir el proceso de ratificación, aunque se sobrepase la fecha límite de noviembre del 2006, y abrir de modo simultáneo un periodo de reflexión para analizar las causas del desapego de muchos ciudadanos al Tratado europeo.

El planteamiento del presidente del Gobierno prevé, además, que la Comisión y el Parlamento europeos, así como los gobiernos nacionales, emprendan campañas informativas para acercar las instituciones comunitarias a la ciudadanía. El proceso de integración europeo continuaría mediante el impulso de las políticas de crecimiento y empleo de la Agenda de Lisboa, el refuerzo de la política exterior y la profundización en la lucha conjunta contra el terrorismo y el crimen organizado.

INTERCAMBIO Zapatero analizó ayer la situación de la UE en una reunión en la Moncloa con el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell; el alto representante para Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana; y el comisario para Asuntos Económicos, Joaquín Almunia. Al encuentro asistieron también los ministros de Economía, Pedro Solbes, y Exteriores, Miguel Angel Moratinos. Fuentes oficiales precisaron que la cita no tenía carácter institucional. La describieron como "un intercambio de informaciones e ideas entre un grupo de dirigentes políticos que son españoles, progresistas y comparten decididamente el ideal europeísta".

Zapatero considera que, en estos momentos, resulta imperativo enviar un mensaje contundente sobre la solidez de las instituciones comunitarias. En esa línea, defenderá en Bruselas que una "buena señal" en ese sentido sería la aprobación de las perspectivas financieras para el periodo 2007-2013.

"EXTREMA FIRMEZA" Los participantes de la reunión coincidieron, sin embargo, en que el Consejo Europeo será "uno de los más difíciles" que se hayan celebrado y no vieron fácil que se apruebe el paquete presupuestario, porque "todos mantienen posiciones de extrema firmeza". Incluido el Ejecutivo español, que rechaza la propuesta de la presidencia luxemburguesa. Las fuentes gubernamentales recordaron que España se juega "nada menos" que casi el 0,8% de su PIB, que es la cantidad de las ayudas procedentes de la UE.

Según los reunidos, España tiene una "doble credibilidad": la del país que ha hecho sus deberes políticos y económicos: presupuesto equilibrado, apertura económica y crecimiento superior a la media europea.