Objetivo incumplido. Tras seis días de someter a Faluya a un verdadero diluvio de fuego, el Ejército de EEUU no ha logrado capturar a Abú Musab al Zarqaui, el terrorista más buscado de Irak y al que acusan de alentar la insurgencia en esa localidad suní. El líder de Al Qaeda en Irak ha huido de la ciudad, según el Gobierno iraquí, y no está ni entre los 200 detenidos ni entre los 1.000 rebeldes muertos que ha provocado la operación Furia Fantasma. Ayer entraron los primeros camiones de ayuda de la Media Luna Roja en la ciudad, donde los habitantes han tenido que vivir entre disparos, sin luz y sin agua desde el lunes. La cifra que ni el Gobierno iraquí ni EEUU facilita es la del número de civiles muertos.

El Ejecutivo de Iyad Alaui, que ha aportado 2.000 de los 15.000 soldados en esta ofensiva, anunció ayer el fin de la operación, aunque los mandos militares estadounidenses calcularon que tardarán 72 horas en acabar con las "bolsas de resistencia", concentradas sobre todo en el sur de la localidad. El oficial clark Watson explicó a la agencia Reuters que los militares de EEUU habían luchado contra numerosos insurgentes extranjeros, en especial de Siria y Chechenia.

El mando militar de EEUU dijo que, en los seis días de ofensiva, 22 soldados norteamericanos han muerto y 170 han resultado heridos. Las filas iraquís han perdido a cinco.

ENCERRADOS EN SUS CASAS Los habitantes de Faluya que decidieron seguir en sus casas o no pudieron salir de la ciudad tras saber que EEUU iba a atacarla (unos 100.000 según el Ejército) han vivido estos días encerrados, explicó ayer un periodista iraquí a la agencia Reuters. "Si los insurgentes disparaban mortero, la respuesta estadounidense era enorme", explicó el reportero, que pidió que no se revelara su nombre. "Algunas personas no estaban bien preparadas. No habían almacenado suficiente comida. No pensaban que esto sería tan horrible".

Imaginándose este panorama, la Media Luna Roja alertó el viernes de una catástrofe humana. Ayer, un convoy de cuatro camiones, tres ambulancias y un minibús pudieron entrar en la ciudad con agua y comida, sobre todo pan y arroz, y medicinas.

Y mientras Zarqaui, que se ha atribuido numerosos secuestros y decapitaciones, huye de la zarpa estadounidense, su grupo terrorista, Organización de Al Qaeda para la Yihad en Irak, junto con 10 bandas más entregaron ayer un vídeo a la agencia Reuters en Faluya en el que prometen "extender la batalla a todos los rincones de Irak". En el comunicado, los grupos terroristas llaman a la desobediencia civil. "Todos los ciudadanos deben alejarse de los lugares donde hay tropas americanas sic, militares paganos y colaboradores de la policía", advierte un hombre encapuchado en la cinta.

MOSUL, "MAS CALMADO" La extensión de la insurgencia ya llegó el miércoles a Mosul, en el norte, aunque ayer el Ejército de EEUU dijo que "estaba más calmado". Los rebeldes de esta ciudad explicaron a France Presse que querían "abrir un nuevo frente para aligerar la presión sobre Faluya".

El secretario de Estado de Seguridad Nacional iraquí, Kasem Daud, se mostró ayer optimista sobre las consecuencias de la ofensiva Furia Fantasma. "Tendrá repercusiones positivas sobre la seguridad y la estabilidad del país", dijo. Menos ingenuo apareció George Bush en su alocución radiofónica semanal. El presidente de EEUU repitió que a medida que se acerquen las elecciones --previstas para finales de enero-- "crecerá la desesperación de los asesinos y la violencia podría escalar".