El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, asumió ayer por segunda vez su papel de mediador en la crisis de Honduras. Representantes del presidente depuesto, Manuel Zelaya, y del Gobierno de facto, dirigido por Roberto Micheletti, intentan en la capital costarricense solucionar la crisis.

Zelaya dijo a última hora que aceptaba la propuesta de Arias de formar un Gobierno de unidad nacional: "Estoy de acuerdo, pero solo si todos los poderes del Estado me son reintegrados". Pero al poco, un portavoz del Gobierno golpista lo rechazó de plano.

La propuesta presentada por Arias es un plan de siete puntos, entre ellos la formación de un Gobierno dirigido por Zelaya, pero con participación de ministros afines a Micheletti. También propuso una amnistía, adelantar las elecciones presidenciales a octubre y que Zelaya renuncie a cambiar la Constitución.