El IV Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo se ha convertido en su primera jornada en una crítica a la política antiterrorista del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por parte de los asistentes, que le han reprochado su ausencia a este foro. Estas críticas han podido escucharse por la tarde, en una mesa redonda con víctimas de ETA y de los atentados del 11-M, en la que ha intervenido el ex presidente del Gobierno José María Aznar; la cabeza de lista por Madrid de Unión Progreso y Democracia (UPD) a las próximas elecciones, la ex socialista Rosa Díez y la presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil. También, el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz; la hermana de Miguel Angel Blanco, María del Mar, y otros familiares que han vivido de cerca la lacra terrorista.

El Congreso, que reúne a más de 400 víctimas -404 españolas y 35 extranjeras, entre ellas la liberada recientemente por las FARC Clara Rojas, quien ha sido aplaudida a su llegada por los congresistas- ha sido inaugurado esta mañana por los Príncipes de Asturias. Don Felipe ha pedido "unidad" y "firmeza", además de una "cooperación cada vez más efectiva" entre los Estados para acabar "con el terrorismo sanguinario".

El Príncipe, tras incidir en que "terminar con el terrorismo es un deber, un imperativo moral para todas las sociedades libres", ha recordado que una sociedad democrática y libre como la española "sufre desde hace tiempo las distintas y siempre brutales caras del terror; su fanatismo, su odio, su desprecio a todos los valores que nos distinguen y elevan como seres humanos, como personas".

La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, han hecho también un llamamiento al compromiso de la sociedad, de los poderes públicos y de los partidos para luchar contra el terrorismo y evitar que el ejemplo y el sacrificio de las víctimas caiga en el olvido.

A la inauguración también ha asistido la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, además de la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, quien ha pedido que se incluya el terrorismo dentro de los delitos de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional para que garantizar que no prescriba.

Ya por la tarde, en la mesa redonda con víctimas, Aznar ha reprochado la ausencia de "algunas personas" al Congreso y lo ha achacado a que "les sobra arrogancia y les falta coraje, les sobra sectarismo y les falta talento".

Y ha pedido a los españoles que piensen "muy bien" a quien van a votar en las próximas elecciones, por si lo van a hacer "en quien ha reconocido que en algo tan vital como es la negociación con los terroristas (...) ha engañado a todos los españoles".

En la mesa redonda en la que han participado casi una veintena de víctimas, algunas de ellas han hecho alusión a sus experiencias y muchas criticaron la actuación del Gobierno en materia antiterrorista con referencias a la "Dignidad, Memoria y Justicia" hacia las víctimas, lema de la AVT. Una de ellas fue María Angeles Dominguez, la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, quien ha insistido en que se sigan investigando los "puntos oscuros" de los atentados de Madrid, sobre los que ya se ha emitido sentencia. Domínguez ha arrancado uno de los aplausos más largos del Congreso cuando ha afirmado: "por primera vez en la historia una masacre ha servido para obtener un resultado electoral que nunca se hubiese producido".

Angeles Pedraza, cuya hija fue asesinada en los atentados de Madrid, también fue aplaudida cuando ha subrayado que todavía "seguimos sin saber quien es el autor intelectual del 11-M" o cuando ha señalado: "cómo han cambiado las cosas", "ahora los malos somos nosotros, hemos visto cómo las querellas se ponen a un presidente de una asociación de víctimas", en alusión a la del presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz.

Alcaraz ha insistido en la importancia de "la rebelión cívica" para terminar con el terrorismo de ETA y ha concluido su intervención con las palabras "rendición en mi nombre no", lo que hizo que muchas de las víctimas se levantaran y le aplaudieran.